Están pasando tantas crisis a la vez, en Moncloa y en Ferraz, que lo más parecido a una buena noticia para el PSOE es que van cogiéndole el tranquillo a que los acusados de acoso dimitan un poco y las últimas detenciones de la UCO no impliquen directamente al partido. De momento.
Esta noche ha dormido en el calabozo Leire Díez, la fontanera que fuera por ahí presentándose como mano derecha de Cerdán, otra mano derecha en chirona. Junto a ella, también han detenido a Vicente Fernández, ex presidente de la SEPI, cargo de confianza de María Jesús Montero.
Lo más parecido a una buena noticia para Ferraz, que anda falto de ellas, es que de momento estos dos no han sido detenidos por su presunta participación en las cloacas del PSOE, las que trataban de entorpecer investigaciones anticorrupción del entorno del presidente del Gobierno. Estas detenciones son por otra trama. La de las mordidas. Será por tramas. El que no se consuela es porque no quiere.
Sabes que un gobierno está en decadencia cuando los problemas de competencias no se producen por quién legisla qué o quién se pone la medalla, sino por quién se come qué marrón cuando empiezan los escándalos, las detenciones y no paran de saltar denuncias por acoso sexual contra mandamases del partido.
Ferraz y Moncloa se estuvieron pasando la pelota del caso Salazar. Y de tanto rodar, de Torremolinos a Lugo, pasando por Algeciras, la pelota se ha hecho gigante. Hay quien intenta consolarse en que al menos el último de los altos cargos socialistas acusados de acoso, el presidente de la diputación de Lugo, ha dimitido a medias y a regañadientes horas después de que saltara el caso y no ha estado cinco meses en un cajón, como pasó con Salazar.
"Hasta el moño de 'puteros' y de acosadores". Es la mejor síntesis de cómo se siente mucha gente en el PSOE. La frase es de la socialista andaluza Ángeles Férriz. No hay como oír a alguien hablar claro para que se note qué poco se entiende a otros.
¿Moraleja?
Qué difícil ser optimistas
para los socialistas

