Tomás Navarro Tomás nació en la Roda, Albacete. Y murió, casi cien años después, en Northampton, Massachusetts. Navarro Tomás se formó en fonética en París, Montpellier, Múnich, Leipzig y Hamburgo.
Cuando regresó a su país, Tomás Navarro Tomás trabajó en la Escuela Española de Lingüística y en el Centro de Estudios Históricos, donde creo el Laboratorio de Fonética Experimental.
Hoy, en los laboratorios de fonética se emplea instrumental muy sofisticado, con aparatos que escudriñan la voz humana o cualquier tipo de onda sonora.
Entonces, hace cien años, el trabajo que emprendió Navarro Tomás en su laboratorio, tenía un alcance más académico pero ya utilizaba instrumental.
Un instrumental mecánico para indagar, por ejemplo, en el aparato fonador, en el funcionamiento de las cuerdas vocales. Tomás Navarro Tomás grabó la voz de su maestro Ramón Menéndez Pidal. Menéndez Pidal había sido el introductor en España de la Filología Científica. Esta era la voz de uno de los integrantes de la Generación del 98.
Fue Menéndez Pidal quien encargo a Navarro Tomás la dirección de los cursos de extranjeros sobre la lengua española.
Navarro Tomás dio conferencias en las universidades norteamericanas de Princeton, Columbia, Harvard, Chicago, Indiana y Míchigan. Entonces, sin saber todavía que Estados Unidos iba a ser su lugar en el mundo después de lo que ocurrió en España. Navarro Tomás fue el director de la Biblioteca Nacional durante la Guerra Civil. A su término, en el 39, se exilió al otro lado del Atlántico, ejerciendo como profesor de Filología Española en la Universidad de Columbia.
Fue él quien emprendió la creación de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Fue él el iniciador de los estudios fonéticos sobre nuestra lengua.
Fue Tomás Navarro Tomás el creador de algo tan crucial como el Archivo de la Palabra. Gracias a su visión de futuro, hoy podemos escuchar voces que fueron fundamentales en nuestro pasado. Capturando las diferentes variedades del habla. O la voz de personajes relevantes como don Pío Baroja.