La fundación 'España Mejor' nació hace dos años y medio con una vocación clara: crear un espacio de encuentro más allá de la ideología. Según explica la abogada y fundadora de la entidad, Míriam González, se trata de una organización de la sociedad civil formada por personas procedentes de distintos partidos y, sobre todo, por ciudadanos sin etiqueta política que quieren participar activamente en las políticas públicas del país. "Hay gente de muchos partidos que quiere poder relacionarse con gente de otros partidos y sobre todo gente que no tiene etiqueta política", señala.
A su juicio, el panorama político actual carece de una visión clara de futuro. "Me gustaría saber cuál es el modelo de país que defiende cada uno", afirma, y añade que echa en falta que los partidos expongan verdaderamente cómo imaginan España a medio y largo plazo. Para ella, el problema es profundo: "Me parece que hay un vacío total de visión y de propuestas".
Frente a este escenario, González reivindica lo que para ella sería un país ideal. "La España que yo sueño es una España de limpieza y soluciones", explica, al mismo tiempo que defiende una mayor exigencia social hacia la clase política. En su opinión, el nivel ético de la política está por debajo del de la ciudadanía: "La ética del listón de la política se ponga al nivel de la ética de la sociedad. Ahora mismo está mucho más bajo", explica.
Entre las reformas necesarias, señala la urgencia de poner límites al poder y acabar con determinados privilegios. "Los políticos tienen que empezar a cortar prebendas y esa barra libre de que no se han puesto límites al poder", sostiene.
La fundadora de 'España Mejor' reclama abordar sin tabúes algunos de los grandes debates estructurales del país. "Pensiones: hay que poner esto sobre la mesa. Igual que la inmigración", detalla, aunque considera que existe una prioridad indiscutible: la educación. Según apunta, el sistema educativo español, especialmente el universitario, se está alejando de modelos de éxito internacionales y advierte sobre la flexibilización de los grados como un síntoma de ese problema.
