Estamos en el bellísimo Café Casino de Santiago de Compostela. Estamos a unos pasos de la Catedral... ya se lo contaba a las siete, que luce renovada y clareada tras las estupenda restauración que le ha limpiado las humedades el rastro que el tiempo fue dejando en su piedra.
Viniendo hacia aquí, a este estudio provisional de la Brújula hemos pasado por la taberna de O Gato Negro, que es la taberna más antigua de Santiago. Con 100 y sigue igual que siempre o al menos lo disimula muy bien.
Bueno pues este Café Casino es aún más antiguo. Hace ya siglo y medio que está en esta Rúa do Vilar. Al principio se llamó Casino de Caballero, algo que suena atroz justo en la víspera del 8M.
Oigan, no es un escenario cualquiera. Lo frecuentó durante toda su vida, desde estudiante Ramón María del Vallé Inclán que si viviera hoy no cultivaría el esperpento. O sí lo haría pero parecería crónica hiperrealista.
Escándalo mediático, deportivo y social
Dicen que al ministro de Deportes Miquel Iceta no le gusta mucho el fútbol. En realidad da igual, porque esto no es fútbol, esto es una posible adulteración continuada de una competición deportiva y por eso quien va a investigarla es la Fiscalía, por más que las irregularidades puedan haber prescrito según la normativa federativa.
Hablamos claro del hecho comprobado de que el Barça mantuvo durante casi 20 años a sueldo al número dos de los árbitros. 7 millones de euros en total por unos trabajos que no constan en ningún registro ni han dejado rastro alguno, mientras Enríque Negreira fue vicepresidente del Comité Técnico de Árbritros.
Así que el caso deja de ser un escándalo mediático, deportivo, social para convertirse en algo más. Una investigación criminal.
El expresidente de la entidad Josep Maria Bartomeu
Tras casi un año de investigación, la denuncia se dirige también contra el expresidente de la entidad Josep Maria Bartomeu, contra miembros de su equipo directivo responsables de los pagos y contra el propio Negreira. Dicen que a Iceta no le gusta el fútbol pero en realidad da igual porque estamos hablando de otra cosa
Quedan apenas unas horas para que las manifestaciones del 8M recorran las calles de toda España. El ambiente es nefasto entre los socios de la coalición. Nefasto. Les resumo cómo ha transcurrido el día de hoy. Irene Montero ha sido excluida del debate sobre el proyecto de ley de paridad que ha aprobado el Gobierno. No ha pintado nada porque nada le han dejado pintar, así que la primera ubicación de esta guerra sin cuartel por capturar o conservar la bandera del feminismo nos sitúa en el Consejo de Ministros.
Donde basta escuchar a la portavoz Isabel Rodríguez en la sala prensa para imaginar qué ambiente se ha vivido dentro de la sala del Consejo de Ministros. Irene Montero, Ángela Rodríguez Pam hace tiempo que critican sin ningún rubor ni disimulo ni contención el feminismo de palo del PSOE y hoy se han ensañado primero con la ley de paridad, que califican un acuerdo para las elites. Para esa mujer directiva, de clase alta, que para Podemos sencillamente no es una mujer.
Mientras tanto el Partido Socialista ha estado buscando apoyos entre sus socios habituales desesperadamente. Esquerra, Bildu… quien sea. Pero al final aparecerá retratado junto al PP y Vox que son quienes le van a salvar la proposición para modificar la ley del sólo sí es sí. A estas horas continúa el debate en la Cámara Baja.
Y ahora que estamos en el Parlamento. Esto de la moción de Vox va adquiriendo tintes cada vez más esperpénticos. Disculpen el doble chiste que mezcla a Tamames con Valle Inclán. Pero es verdad. Es que hoy don Ramón Tamames ha dado una entrevista en El País que cualquiera que la leyera pensaría que la moción de censura se la va a poner a Vox. ¿Cómo se llama ese partido? Le dice al entrevistador, le dice. Ya conozco sus extremosidades, dice. Aquí no termina la historia, cuenta Vozpopuli que hoy los dirigentes de Vox le han llamado. Dice: "Vox llama a Ramón Tamames para darle un 'toque' por cargar contra el partido en 'El País'"
Se confirma que Tamames es de un sólo partido. El PRT. Partido de Ramón Tamames.