Hay una ley que dice que lo que puede empeorar, empeorará. Con la energía es lo que puede ocurrir. No solo lo decimos nosotros, lo dicen las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera.
El caso es que el choque entre demanda y oferta en el gas en Europa puede ser como el Big Bang. No en vano se va a poner en marcha de nuevo el Gran Colisionador de Hadrones. Una máquina de 27 kilómetros entre Suiza y Francia que busca las partículas originales del Universo, los primeros segundos antes, incluso, de que nacieran los átomos. Entonces, en el Big Bang si que había energía de sobra. Todo era energía.
La vicepresidenta Calviño rechaza la posibilidad de una recesión, pero reconoce que habrá situaciones difíciles y más, cuando el suministro de gas por parte de Rusia a Europa se ha recortado entre un 40 y un 70%. En las últimas semanas el precio del gas en Europa se ha duplicado. Para complicar la cuestión, el 11 de julio se cortará una de las principales tuberías gasísticas que unen Rusia con el Viejo Continente. Se cortará el gasoducto Nordstrom.
En estas interviene Yolanda Díaz. Reconoce que las medidas económicas contra la inflación no son suficientes para las familias más pobres y defiende una nueva subida del Salario Mínimo. Una manera de contraatacar contra la Línea Maginot del PSOE y su defensa de más gasto militar y el crédito extraordinario de mil millones de euros.
Las hostilidades en la coalición gubernamental van a más. Entramos en la fase de guerra de trincheras a falta de movimientos más amplios. La batalla de maniobra está por venir, según se acerquen las urnas. En medio el sector de la defensa con 25 mil trabajadores y más de 90 mil con los trabajadores de la industria auxiliar, muchos de estos centros del complejo industrial-militar, como decía Eisenhower, radicados en localidades gobernadas por la izquierda a la izquierda del PSOE. Lo que también tiene sus contradicciones para Unidas Podemos.
Hoy, que se conmemora la primera clonación, la de la oveja Dolly. En esta guerra de Putin hace falta saber quién termina siendo lobo y quien oveja. Pero por lo pronto, el euro está en el nivel más bajo de los últimos 20 años y España, por primera vez desde 2015, tiene que pagar por colocar las letras a seis meses. Al año, nuestro país, solo en intereses de la deuda pública abona 30.000 millones de euros. Y, por último, la bolsa cae un 2,5% y el petróleo se abarata un 10%, veremos si también lo hacen las gasolinas y gasóleos y todo por el temor a una palabra: recesión.
