En Ucrania la destrucción llega en misiles y lanzacohetes. Es el sonido de la guerra, de los bombardeos que destruyen casas y destrozan los nervios de la población. En estas, en la Plaza central de la capital ucraniana, la Orquesta de Kiev decide dar un concierto entre trincheras y líneas de defensa, como transmite por Twitter, Alberto Sicilia. Una forma de desafiar al enemigo
En Odessa, un grupo de militares ucranianos, con una barricada a sus espaldas como muro acústico, se lanzaban a tocar el Don´t Worry Be Happy, tal y como mostraba en Twitter la enviada de El País, Maria Sahuquillo en su cuenta de Twitter.
Es el contrapunto a una guerra cruel que plancha ciudades, y golpea a civiles, escuelas, hospitales. Una guerra que en el frente económico sigue subiendo escalones. Moscú ha dado los primeros pasos para nacionalizar empresas extranjeras que hayan abandonado Rusia.
En Europa se aprueban nuevas sanciones contra Rusia y sus oligarcas mientras la vicepresidenta tercera Teresa Ribera explica que España limitará el precio del gas si lo considera imprescindible, adelantándose a lo que haga Europa para rebajar la presión energética
El aumento del coste del gas, luz o carburantes está dejando en la ruina a numerosos negocios, pequeños comercios, que no han salido de la crisis de la Covid cuando ya están inmersos en otra. La inflación es un puñal directo en la sostenibilidad de familias y empresas. Algunas grandes cortan producción como Arcelor y se añade Acerinox y empresas de aluminio mientras desciende un 20% el consumo de gasolinas. No hay sueldo para tanto gasto.
En los mercados, los inversores se alejan del pánico y apuestan por la diplomacia. Las bolsas europeas se disparan , la alemana un 8% la española casi un 5% en la sesión previa al BCE. Los mercados prefieren mirar hacia las negociaciones entre los ministros de exteriores de Ucrania y Rusia que mañana comienzan en Turquía, a las declaraciones de Zelensky con la posibilidad de renunciar a la OTAN y a los movimientos de mediación de China. Las bolsas creen en el tercer hombre.
