LAS CLAVES DE LA BRÚJULA

¿Sabemos negociar?

La psicóloga María Jesús Álava Reyes nos enseña a negociar en las mejores condiciones posibles.

ondacero.es

Madrid | 28.09.2023 20:23

Negociar es una necesidad en nuestro día a día pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado si somos buenos negociadores? La realidad es que nos pasamos la vida negociando. Lo hacemos desde el momento en que nacemos.

Cuando somos adultos, muchos matrimonios, trabajos, amistades, relaciones y oportunidades, se vienen “abajo” ante nuestra falta de habilidades para negociar satisfactoriamente; pues aunque la negociación es una constante en nuestra vida, curiosamente, no nos han enseñado cómo negociar y, lo que es más importante, cómo alcanzar acuerdos.

Hoy, desde los postulados de la psicología, vamos a tratar de abordar cómo podemos negociar en las mejores condiciones posibles.

María Jesús Álava Reyes define negociar como "la interacción comunicativa entre dos o más personas que buscan llegar a un acuerdo". Explica que en la negociación no se comparten todos los intereses, pero que debe estar orientada al intercambio y que sólo se obtiene un beneficio real cuando las partes implicadas impulsan el acuerdo.

Claves de las negociaciones

La psicóloga nos da algunos consejos para saber cómo actuar en estos casos. Considera que es crucial aguantar la presión y no dejarnos intimidar ni llegar "al nivel de la otra persona". Añade que negociar es un arte y que por eso es clave familiarizarse. Como un punto importante también recalca la comunicación no verbal y sobre todo, que el interlocutor se sienta escuchado para sentirse comprendido.

Por otra parte, sostiene que debemos tener cuidado con los comentarios a las propuestas de las personas y recordar que son seres humanos que tienen sentimientos y emociones.

"Tenemos que centrarnos en los intereses no en las posiciones, detrás de toda postura aparentemente opuesta hay intereses comunes ", expone Álava Reyes.

Hábitos que debemos evitar

Asimismo, ha enumerado los hábitos que tenemos que evitar de cara a una negociación, por ejemplo, no escuchar y no observar. "Tratar de imponer, en lugar de sugerir, criticar en lugar de comunicar y emitir juicios de valor o de intención".

"No hay que ser fuerte, hay que ser flexible. sólo hay que saber observar como un niño y responder como un adulto", concluye la psicóloga".