Hasta el 17 de marzo se puede visitar en Barcelona una exposición donde la inteligencia artificial y la investigación científica y biomédica son las protagonistas. Bajo el título "Inteligencia Artificial” observamos el papel de la supercomputación como principal impulsor, la situación legislativa actual, los riesgos de desinformación que plantea su uso generalizado o los sesgos raciales y de género que, no lo olvidemos, también puede generar.
La exposición, nos propone detenernos, acercarnos de forma comprensible a la inteligencia artificial y abrir el debate sobre cómo se desarrollará en los próximos años. Y es que nunca una tecnología había crecido tan rápidamente y se había introducido de forma tan directa en nuestras vidas. La inteligencia artificial preocupa y fascina. Amenaza y genera oportunidades. Tiene detractores y defensores.
Y no olvidemos que la inteligencia artificial y la supercomputación hacen posible la creación, por ejemplo, de «humanos virtuales». Es decir, de modelos de predicción de datos biomédicos que pueden convertirse en una herramienta más de apoyo en la toma de decisiones médicas. Y durante la presentación se muestran ejemplos de los sistemas cardiovascular y respiratorio, y para ello se dispone una plataforma de humanos virtuales tanto para adaptarlos a pacientes concretos como para generar poblaciones de cohortes sintéticamente generadas usadas en ensayos clínicos.
Alfonso Valencia, director del Departamento de Ciencias de la Vida del Barcelona Supercomputing Center, nos explica que la biología computacional utiliza las técnicas de computación para intentar entender todos los datos biomédicos de los que disponemos. Nos pone un ejemplo, un caso de cáncer, porque "secuenciar algunos de estos genes determinará en buena medida el tratamiento. Asegura que estamos "al principio del desarrollo" de estos avatares.
Por su parte, Jordi Torres, Investigador del BSC y Catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), no comprende esa visión de la Inteligencia Artificial en la que se augura el fin de la humanidad. Comenta que ahora "lo polarizamos todo" y que es sólo una "visión distópica" porque no hay "técnicamente nada que nos haga pensar eso". Reconoce que es una herramienta que tiene sus riesgos, pero que es muy útil y muy potente.
