¿Se imaginan ustedes que la prueba de acceso a la universidad de una asignatura tan extensa como ‘lengua castellana’ se redujera a un simple test? Es decir, años y años de aprendizaje que se pondrían a prueba a través de un un breve cuestionario o un test de conducir. Puede parecer algo estrambótico… ¿Verdad? Pues el Gobierno lo ha hecho realidad.
El ministerio de Educación ha ideado una nueva selectividad donde los alumnos tendrán que hacer la mitad de exámenes que tienen ahora y donde la capacidad de redacción disminuirá considerablemente. Un plan que, si sale adelante, comenzaría su fase de prueba a partir del año 2023-2024. Se implantaría de forma gradual hasta que, a partir del año 2026, los jóvenes solo tendrían que examinarse de lo que el gobierno llama “prueba de madurez” que supondrá la mayor parte de la nota y un examen de la asignatura de cada modalidad que sumará el 25% restante. Nada más. Lo que antes eran cinco exámenes, se quedarían en dos.
Además, el examen de algunas materias como Lengua Castellana y Literatura sufrirán una transformación completa. Lo que hasta ahora se componía de un comentario de texto, un análisis sintáctico, preguntas sobre el uso de la lengua y sobre literatura; se reducirá hasta convertirse en un ejercicio de 25 preguntas tipo test o de rellenar huecos cuyas respuestas no podrán superar las 150 palabras cada una.
Esto ha provocado la reacción de muchos profesores que no se explican cómo esta prueba de acceso a la universidad va a sustituir a una que era mucho más completa. Aseguran que este cambio sólo conseguirá bajar el nivel de exigencia de los alumnos. Además, critican que el documento haya sido elaborado por el gobierno sin contar con la opinión de los profesores y coordinadores de las pruebas de acceso a la universidad.
De este tema hablamos con Serafina García, coordinadora de EBAU Asturias, que nos cuenta si cree necesario renovar la prueba de acceso a la universidad y su opinión con respecto a este nuevo esquema que plantea el Gobierno.
