SALUD

Cómo los no vacunados pueden traer enfermedades antiguas, según los expertos: "Las consecuencias son muy graves"

La tendencia en alza de no administrar las vacunas indicadas por los organismos de salud mundial, influenciada por una campaña global contra la vacunación, provoca graves consecuencias.

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Miriam Méndez

Madrid | 03.03.2023 10:10

Así es como la población no vacunada puede traer enfermedades antiguas, según los expertos
Así es como la población no vacunada puede traer enfermedades antiguas, según los expertos | Pixabay

Solo las personas pertenecientes a la generación de nuestros abuelos guardan en su memoria el recuerdo de terribles enfermedades como la tuberculosis, el polio, la viruela o la malaria, así como la difteria o la tosferina.

Desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial, la compleja lucha por erradicar a estos enemigos de la humanidad ha avanzado en Occidente, ganando batalla tras batalla, hasta conseguir la victoria. Este triunfo goza del acceso universal gratuito a una serie de vacunas, por el que, al menos una generación, ha conseguido disfrutar de una vida libre de la amenaza de estas enfermedades.

Sin embargo, con el paso de los años, han emergido movimientos que se manifiestan abiertamente en contra de las vacunas. De hecho, enfermedades antiguas que, para la mayoría de la población, estaban olvidadas, han vuelto a emerger en los países desarrollados, como consecuencia de la caída de las tasas de vacunación y la libre circulación de personas entre países.

Josefa Masa Calles, coordinadora de Vigilancia de las Enfermedades Prevenibles por Vacunación del Centro Nacional de Epidemiología Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), sostiene que las vacunas son una herramienta clave para mantener la salud de la población. "Hay bastantes vacunas disponibles frente a enfermedades e infecciones que, si se administran adecuadamente y se consigue la suficiente cobertura en las grandes poblaciones, son capaces de interrumpir la transmisión de la enfermedad. Y, si no son capaces de ello, pueden evitar casos graves y muertes", describe.

Por su parte, Vicente Larraga, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explica que, gracias a las vacunas que los investigadores expertos en microbiología desarrollaron a finales del siglo XIX, se consiguió controlar gran parte de las enfermedades existentes en la época y, en consecuencia, la tasa de mortalidad se redujo, modificando la estructura social.

La población no vacunada resucita enfermedades fantasma

Ambos expertos afirman que, salvo el virus de la viruela que se erradicó completamente a finales de los años setenta, los demás virus y bacterias circulan libremente por el mundo.

"Las enfermedades antiguas no están erradicadas, únicamente controladas. La poliomielitis es un caso claro: todavía existen países donde se dan episodios de esta enfermedad, como Afganistán. En Nigeria estuvo a punto de ser erradicada, sin embargo, no lo consiguieron", señala Vicente Larraga. No obstante, el especialista puntualiza en que el problema no solo es étnico, sino que también es social y de pensamiento.

"Hace aproximadamente 12 años, estuvo a punto de estar erradicada la poliomielitis en Nigeria, que era el último país que quedaba. No obstante, el presidente nigeriano declaró que la vacuna era nociva porque producía esterilidad. Por ello, la población decidió no vacunarse. En consecuencia, no solo siguió en Nigeria, sino que la enfermedad pasó a Afganistán y Pakistán y, de hecho, todavía sigue en Pakistán y, en pocos casos en Nigeria", añade Larraga.

Frente a estas declaraciones, Josefa Masa recalca que “debemos” asegurarnos de que la población esté protegida, ya que “resulta imposible” evitar que venga un caso importado. “Cuanta más gente haya sin vacunar, y sin proteger, más posibilidades hay de que, si llega a España o Europa un caso contagioso de Oriente, se contagie rápidamente y, en consecuencia, este virus se extienda por la población”.

Coincidiendo con las declaraciones de la epidemióloga, Vicente Larraga detalla que el sector de la población que no está vacunado constituye lo que se denomina "el reservorio". En este caso, Los microorganismos que generan enfermedades esperan la oportunidad de atacar a aquellos que no están protegidos contra ellas.

No obstante, el profesor de investigación del CSIC advierte que las enfermedades antiguas o modernas son conceptos difíciles de entender, ya que "la población tiende a pensar que muchas enfermedades que dan la cara en un momento determinado son nuevas, pero, verdaderamente, ya existían desde hace muchos años en otros países". Ahora bien, el experto advierte de que, si no vacunamos a los niños, las enfermedades antiguas, tarde o temprano, regresan, ya que los microorganismos vagan en el ambiente.

"El hecho de que parte de la población no se vacune, trae consecuencias muy graves para toda la sociedad. Considero que no vacunar a los niños es una grave irresponsabilidad, no solo por la salud de los propios niños, sino también por nosotros, los adultos", puntualiza Larraga.

Además, el profesor de investigación cuenta que, en algunos países, se les prohíbe a los niños acudir a la escuela si no enseñan el certificado de vacunación y confiesa estar “completamente de acuerdo” con esta medida. “Es cierto que nosotros, que vivimos en un país democrático y libre, tenemos la libertad de elegir si vacunarnos o no, así como de decidir si vacunamos a nuestros hijos. No obstante, nadie tiene derecho a enfermar a los niños de los demás. No tiene ningún sentido negarse al progreso. La vacunación es evidente y se debería vacunar a todos los niños”, denuncia.

España, uno de los países más protegidos a nivel global

Josefa Masa recuerda que España es uno de los países de Europa con una tasa de inmunización grupal más elevada. Frente a otros países como Italia o Francia, donde, a lo largo de los últimos años, el índice de población protegida ha descendido "de manera preocupante", en España casi el 95 por ciento de la población está vacunada.

"Por suerte, en España, el mensaje de los colectivos que promueven la no vacunación no ha calado demasiado, por lo tanto, es muy complicado que los antivacunas pongan en peligro la inmunidad de grupo", insiste la epidemióloga. Además, subraya que, aunque no se puede evitar o frenar la circulación de un virus, sí está en nuestras manos prevenir que este termine causando un brote, ya que, si la población se vacuna, "la amenaza se reduce".

¿Existe la inmunidad de rebaño?

La epidemióloga sostiene que el éxito de las inoculaciones radica en la organización en el proceso de vacunación, es decir, en los calendarios de vacunación. Se trata de un conjunto de vacunas que se administran en dosis a lo largo de toda la vida de la población, especialmente, durante los primeros años, en la infancia. Si esas pautas de vacunación se realizan correctamente, evitan que tanto la persona que se vacuna como la población en la que vive, tenga la enfermedad.

"El hecho de que se reduzcan las enfermedades, hace que otras personas no se contagien de ella. Es lo que se denomina inmunidad de rebaño", explica la epidemióloga. Este fenómeno, conocido también como inmunidad de grupo, se da cuando un número suficiente de individuos están protegidos frente a una infección determinada y, de esta manera, impide que el agente alcance a aquellos que no cuentan con esta protección.

Vicente Larraga ejemplifica la inmunidad de rebaño con el episodio de coronavirus vivido recientemente a nivel global, lo que clasifica como "una infección muy seria, que se ha llevado la vida de, aproximadamente, 113.000 personas".

En este contexto, el experto sostiene que aquellos individuos que enferman y no mueren están protegidos y, por tanto, favorecen la inmunidad colectiva.

"En España, ha habido una campaña muy eficaz por parte del Gobierno contra la expansión del coronavirus, consiguiendo que el 90% de la población española esté protegida", cuenta.

De acuerdo con el especialista, esto se refleja en que, actualmente, tanto en nuestro país como en el resto de Europa, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, la enfermedad ha pasado de ser una pandemia a una epidemia. No obstante, recuerda que la COVID-19 sigue existiendo y una media de cien personas a la semana continúa muriendo en nuestro país".

"Calculo que el coronavirus seguirá con nosotros, aproximadamente, 10 o 15 años más, hasta que pase a ser una enfermedad estacional. Una vez haya perdido parte de su patogenicidad, se integrará en las enfermedades respiratorias, que ya incluye siete virus”, añade, detallando que, en esos siete, tres son COVID que “debieron aparecer hace 40 años y que, actualmente, ya se han atenuado".