Existen alimentos que, si consumimos en lugares como las playas o el monte, pueden entrañar un grave peligro para nuestra salud. Por eso, es necesario ser especialmente cuidadoso a la hora de seleccionar que alimentos nos llevamos para la excursión de día. Algunos alimentos no aguantan correctamente las altas temperaturas, que afectan a su estado de conservación. Debido a esto, los microorganismos logran un ambiente ideal en el que reproducirse, y aumentan los casos de intoxicación alimentaria.
¿Cómo puedo evitar una intoxicación alimentaria?
Este tipo de problemas pueden comenzar en el hogar. Consumir comidas o bebidas que hayan sido contaminadas con microorganismos como los virus, las toxinas o las bacterias puede ocasionar una patología alimentaria. Las propias características que cumpla el comestible puede llevarlo a ser más o menos susceptible a la aparición de gérmenes peligrosos para los humanos. Estos alimentos pueden venir previamente contaminados o acabar en ese estado debido a falta de higiene al manipúlalos, mantenerlos a una temperatura inadecuada o sufrir una contaminación cruzada.
Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), recomiendan seguir una pequeña guía de varios puntos para evitar las intoxicaciones:
- Utiliza agua potable a la hora de cocinar.
- Evita el contacto cruzado entre alimentos crudos y cocinados.
- Conserva los alimentos correctamente, para que aquellos que vayan a ser consumidos al momento se mantengan por encima de los 60 grados centígrados o a un máximo de 5 grados.
- Consume alimentos que sean manipulados de manera higiénica.
- Evita dejar los alimentos cocinados a temperatura ambiente, ya que favorece la multiplicación de bacterias.
- Refrigera todo lo que sobre lo antes posible.
- Mantén calientes los alimentos que lo permitan hasta el momento de la ingesta.
- Se estricto con la higiene a la hora de cocinar.
- Evita los alimentos perecederos expuestos a una temperatura ambiente.
- Mantén los alimentos alejados de roedores, insectos y animales de compañía.
¿Qué puedo hacer si ya he sufrido una intoxicación?
En caso de que exista sospecha de una intoxicación alimentaria, los servicios de salud de la Comunidad de Madrid recomiendan seguir los siguientes pasos:
- Buscar ayuda médica. Será necesario acudir a un médico de atención primaria que pueda realizar una valoración e informar de un posible tratamiento.
- Evitar la consumición de alimentos sospechosos. No ingieras los restos de comidas o bebidas que no reconozcas o hayan cambiado de forma. En el caso de haberse alimentado con ellos, sería conveniente no tirarlos de inmediato por si hace falta analizarlos.
- No prepares o manipules mientras tienes síntomas de algún tipo de enfermedad. Lo ideal sería seguir estrictamente las recomendaciones en de la higiene en la preparación de alimentos: mantener la limpieza, separar los alimentos crudos de los cocinados, cocinar los alimentos completamente, conservaros a temperaturas seguras y utilizar agua y alimentos seguros.
En el caso de que conozcas un caso de personas con síntomas compatibles con problemas gastrointestinales y hayáis coincidido con ellas en una comida, busca información sobre posibles brotes o acude a las Secciones de Epidemiología del Área Única de Salud Pública.
Estos son los alimentos más peligrosos que nunca deberían consumirse en la playa
Dentro de los alimentos "seguros" se encuentran las frutas, las conservas (berberechos y otras latas esterilizadas) y los embutidos curados. Pero, ¿Cuáles son los alimentos que debemos evitar?
Tortilla
Todas las preparaciones con huevo que se encuentran poco echas hacen que el riesgo de padecer salmonelosis aumente mucho. Por ello, el huevo tiene que estar completamente cuajado. Para poder evitar cualquier duda, es recomendable utilizar huevina.
La huevina es un producto derivado del huevo y lo más importante, se encuentra pasteurizado por lo que es perfecto para prevenir intoxicaciones. Entre los más usados se encuentra la ovoalbúmina. La salmonelosis, una de los problemas más comunes cuando se consumen huevos frescos, responde a la siguiente sintomatología: náuseas, vómitos, malestar general, diarreas, dolor muscular y de cabeza.
Huevo duro
Lo más importante es no consumir huevo duro pelado. Para poder llegar al nivel de seguridad alimentaria correcto, es aconsejable que se cuezan por un mínimo de diez minutos. Además, unos minutos de contacto directo con el aire libre puede acabar con la contaminación del huevo, por lo que es necesario mantenerlo con su cáscara.
Mayonesa
La manera en la que se prepara la mayonesa dice mucho ya de la peligrosidad de este alimento. Para poder ser seguros, los productos tienen que estar conservados por debajo de cinco grados o haber sido preparado a más de 65 grados durante su elaboración. Esta salsa no cumple las expectativas, ya que se realiza con huevo crudo.
Carne y pescado
Pese a que para muchos las barbacoas sean ideales para realizar en una playa, el alto contenido en proteínas y grasas que tienen carnes como las hamburguesas ralentizan la digestión. Esto hace que sea más lenta y pesada, por lo que nuestro organismo tiene que trabajar más para consumirla y aumenta el nivel de temperatura corporal. Encima, la carne que esté poco echa puede contener bacterias como la E-coli.
En el caso del pescado, es mejor transportarlo en formato de conserva para evitar una posible reacción alérgica. Pescados azules son los más peligrosos, pudiendo producir histamina.
Lácteos
Algunos lácteos siguen siendo peligrosos incluso cuando se encuentran refrigerados en una nevera portátil. Es el caso de aquellos postres que contengan nata o crema, que tienden a agriarse muy fácilmente. Los yogures, sin embargo, son una buena opción para trasladar siempre y cuando se mantengan completamente cerrados en un espacio frío.
¿Cómo puedo mantener la comida correctamente refrigerada?
Uno de los elementos imprescindibles cuando quieres pasar un día en la playa durante los tórridos días de verano son las neveras de playa. Además de utilizar alimentos que soporten mejor los cambios de temperatura, es conveniente utilizar una de estas herramientas para intentar mantenerlos refrigerados.
Para ello, se necesitarán unos bloques de hielo previamente congelados. Estos suelen ser de un material de plástico duro, y son reutilizables. Entre todas las neveras que se pueden escoger, es mejor utilizar una de 10 litros o más. Esto también será útil para la bebida, ya que para intentar evitar un golpe de calor lo mejor es hidratarse con agua fría, no caliente. Aquellas comidas que puedan conservarse mejor en altas temperaturas tendrán que ser envueltas por separado, e integrarlas en el alimento o receta que queramos realizar en el último momento.