Más de tres millones de británicos apoyaron con sus firmas una petición al Parlamento para que el Reino Unido celebre otro referéndum sobre la UE, pero los políticos y los expertos señalan que es improbable que esto ocurra. La petición ciudadana ante la Cámara de los Comunes para anular la consulta del 23 de junio y celebrar otra reúne ya 3.076.028 rúbricas, y se van sumando más, lo que obliga a los diputados a debatirla.
El texto, impulsado por el británico William Oliver Healey, pide a los parlamentarios la "implementación de una norma por la cual si el voto por salir o quedarse (en la UE) está por debajo del 60%, con una participación inferior al 75%, debería convocarse otro referéndum".
El 51,9% de los votantes escogieron el pasado 23 de junio romper los lazos con Bruselas, frente a un 48,1% que prefería mantenerse en la UE, en una consulta en la que se alcanzó el 72,1% de participación. Pese al apoyo a la petición para repetir el plebiscito, el catedrático de Política y experto en encuestas John Curtice, conocido en el Reino Unido por sus acertadas predicciones electorales, ha señalado que "no significa nada".
Curtice apuntó que los millones de personas que firman esta petición están muy por debajo de los 17,4 millones que apoyaron el "brexit" -comparado con 16,1 millones favorables a la permanencia- y señaló que lo único que se conseguirá es que la petición sea debatida en el Parlamento, como marca la normativa. "Entonces, simplemente algunos diputados dirán: 'Es una verdadera lástima', y otros exclamarán '¡Aleluya!', y así acabará todo", resumió el académico.
El diputado laborista David Lammy ha propuesto "detener la locura del 'brexit" y que el Parlamento, que "es soberano", revierta el resultado de la consulta, que, asegura, era solo "consultiva". Sin embargo, el resto de los políticos, incluido el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que defendió la permanencia, han dicho que la decisión del pueblo es definitiva y el país tiene ahora que reaccionar para resolver su futuro.
El voto favorable a la salida de la UE del pasado jueves causó una primera reacción de caída de los mercados bursátiles y de la libra y ha sumido en la crisis a los dos principales partidos, conservador, en el Gobierno, y laborista. El primer ministro, David Cameron, anunció el viernes su dimisión, aunque dijo que se mantendrá al frente del Gobierno hasta que se elija a su sucesor en el congreso anual del Partido Conservador, el próximo octubre.