El taxista, llamado Wang Mingqing, decidió hacerse taxista en 2015 para poder conocer más gente y contar al mayor número posible de personas la historia de su hija, perdida en 1994, cuando sólo tenía tres años, en un descuido de su padre cuando éste tenía un puesto callejero de fruta y ella estaba a su lado.
Wang y su esposa pasaron años pegando carteles con la cara de su hija, en contacto con la policía y visitando orfanatos y hospitales, pero ha sido en el taxi, contando la historia a más de 17.000 pasajeros, cuando el padre logró llegar a más gente.
La hija de Wang conoció el mes pasado a través de la prensa la búsqueda de su padre mediante el taxi, contactó con la policía y con sus padres el pasado 16 de marzo, y el 1 de abril se hizo una prueba de ADN que confirmó que era la niña perdida hace casi un cuarto de siglo. La prensa china ofreció imágenes de Wang y su hija hablando emocionados a través de un ordenador, y se espera que la familia se reúna esta semana.