En el operativo participaron más de 200 policías y agentes de otros cuerpos de Río de Janeiro en cumplimiento de 48 mandatos de prisión, entre ellos, los de 30 policías, dos bomberos militares, un agente penitenciario y otras 15 personas que actuaban como informantes de los policías que lideraban la red delictiva.
La red desmantelada se dedicaba a identificar posibles infractores de la ley y su potencial económico para realizar acciones policiales contra ellos, siempre con la intención de descubrirlos cuando cometían los delitos para exigirles dinero a cambio de su libertad o de incautar sus mercancías.
Según la Fiscalía, los delincuentes amenazaban y "hasta agredían físicamente a las víctimas" y, en algunas ocasiones, la organización delictiva "desviaba para sí los objetos incautados" para una posterior reventa.
La organización actuaba contra cualquier persona o establecimiento que practicaba alguna acción ilícita o que estaba en situación irregular y, para que el esquema funcionara, operaba con informantes que llevaban a los policías datos sobre posibles blancos.
De acuerdo con la investigación, las autoridades identificaron extorsiones contra vendedores ambulantes, gasolineras piratas, bingos ilegales, dueños de vehículos y comerciantes en situación irregular, entre otros.
La operación de este jueves se suma a la Operación Cuarto Elemento, realizada en septiembre del año pasado, por la que se ejecutaron seis órdenes de arresto, cuatro de ellas contra policías civiles y otras dos contra sospechosos que actuaban como informantes de los agentes.