El primer ministro griego, Alexis Tsipras, comunicó su disgusto al ministro adjunto de Protección Ciudadana, Nikos Toskas, por la disolución de una manifestación de jubilados por la Policía griega este lunes en Atenas mediante gases lacrimógenos, cuyo uso a partir de ahora quedará prohibido.
La Policía lanzó estos gases contra la protesta cuando un grupo de manifestantes jubilados, que se quejaban de los recortes de sus pensiones, pretendieron romper el cordón de seguridad y llegar así a Megaro Maximu, la sede del Ejecutivo.
Tsipras llamó a Toskas para pedirle que el uso de gases para contener manifestaciones no violentas no se vuelva a producir.
El ministro de Protección Ciudadana por su parte asumió, en un comunicado, "la responsabilidad política" de los hechos, anunció una investigación sobre el acontecimiento y prometió prohibirlos.
El uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía provocó la reacción de todos partidos de la oposición encabezados por el conservador Nueva Democracia (ND), el socialista Pasok, el liberal Potami y el comunista KKE, que acusaron a Tsipras de ser el responsable.
Mientras estaba en la oposición el izquierdista Syriza criticaba duramente el uso sistemático de gases lacrimógenos por parte de la Policía y una vez en Gobierno restringió su uso durante los primeros meses de su mandato.
El incremento de las protestas de trabajadores y jubilados tras el tercer paquete de rescate, firmado en julio de 2015 por el Gobierno heleno, provocó la reaparición del uso de gases lacrimógenos, inicialmente contra manifestantes violentos, aunque se generalizó rápidamente al resto de protestas.