Los ministros de Exteriores de España y Reino Unido, José Manuel Albares y David Cameron, junto con el máximo responsable europeo de las negociaciones sobre el Brexit, Maros Sefcovic, se reúnen este viernes en Bruselas para abordar las “cuestiones más complejas” de las negociaciones sobre Gibraltar.
En la reunión, prevista para las doce del mediodía, las delegaciones tienen previsto poner sobre la mesa asuntos como el uso del aeropuerto y el control de aduanas que, por su complejidad y las reticencias de ambas partes, han centrado las conversaciones de los equipos negociadores desde hace meses.
Ambas delegaciones afrontan con optimismo la reunión, en un momento en que, según ha explicado Albares, el acuerdo sobre el encaje de Gibraltar tras el Brexit está "muy cerca” y hay “una dinámica muy positiva”.
Sin embargo, Albares ha subrayado en Onda Cero que "tal vez no sea el día final, pero casi", y que, en cualquier caso, “habrá que hacer después toda una redacción, pero ya empezamos a estar cerca para poder tener un acuerdo sobre las líneas generales” para el mes de julio, ha afirmado.
Una impresión que también ha compartido la delegación británica que “no espera que esta reunión llegue a un acuerdo definitivo”, pero considera que el encuentro representa una "oportunidad" de compartir puntos de vista que podría servir "como plataforma para progresar en las negociaciones".
Así, fuentes de Exteriores ha señalado que en las últimas semanas se han producido "acercamientos importantes" y que los negociadores españoles han podido constatar una "actitud constructiva de todas las partes y voluntad de llegar a un acuerdo".
Tanto España y la UE como Reino Unido tienen interés en que el acuerdo se alcance antes de las elecciones europeas previstas para el próximo mes de junio, para no retrasar el acuerdo varios meses, además de cambios en la composición del Parlamento Europeo.
A ello se suma que el Reino Unido celebra elecciones en enero de 2025, lo que podría suponer un cambio de Gobierno y de equipo negociador y un nuevo retraso de meses, como ya sucedió en 2023 con los comicios, que prácticamente paralizaron el proceso desde mayo hasta diciembre.