Rajoy preside la reunión del Consejo de Ministros extraordinario que decidirá cómo actuar ante Puigdemont
El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, preside desde las nueve de la mañana la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en la que se decidirá cómo actuar ante la intervención de ayer del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el Parlament.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha advertido de que el Ejecutivo no puede aceptar que se dé validez al referéndum del 1 de octubre ni que se constate por parte de nadie en el Parlament que la mayoría de los catalanes quiere un Estado independiente.
En una comparecencia en La Moncloa en la que ha anunciado que el Consejo de Ministros celebra mañana una reunión extraordinaria para responder a lo acontecido hoy en el Parlament, Sáenz de Santamaría ha acusado al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de haber sumido a Cataluña en "su mayor nivel de incertidumbre", con un discurso de alguien que "no sabe dónde está, a dónde va ni con quién quiere ir".
Y ha advertido de que Puigdemont no puede pretender "imponer" una mediación porque el diálogo solo es posible si se respetan las reglas del juego.
La vicepresidenta ha informado de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha convocado una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros a fin de estudiar la respuesta a lo acontecido en el Parlament y al anuncio de Puigdemont de declarar la independencia para suspender inmediatamente sus efectos.
El Gobierno ha pedido además el aplazamiento de la sesión de control del Congreso hasta las once de la mañana, para poder celebrar a primera hora el Consejo de Ministros.
En su valoración de lo ocurrido, Sáenz de Santamaría ha señalado que Puigdemont, tras haber llegado "tan lejos" hoy, ha "embarcado a Cataluña en el mayor nivel de tensión de su historia" y ha "sumido a su comunidad en su mayor nivel de incertidumbre".
Además ha calificado el discurso del presidente de la Generalitat como el de una persona que "no sabe dónde está a dónde va ni con quién quiere ir".
El Gobierno, ha recalcado, "no puede aceptar" que se dé validez a la ley del referéndum suspendida por el Tribunal Constitucional, como tampoco puede asumir los resultados del 1-O porque se trató de un referéndum "fraudulento e ilegal".
Tampoco es aceptable, ha añadido, que en el Parlament "se constate por parte de nadie que la mayoría de los catalanes quieren estado independiente en forma de república".
"Nadie puede sacar conclusiones de una ley que no existe" ni "un referéndum que no se ha producido" como tampoco puede nadie "apropiarse" de la voluntad de un pueblo, ha añadido.
Además, la número dos del Ejecutivo ha advertido de que Puigdemont no puede tampoco "imponer" una mediación, porque el diálogo entre demócratas, ha subrayado, sólo puede hacerse "dentro de la ley y respetando las reglas del juego".