En el escrito, el Ministerio Público recuerda, por ejemplo, una entrevista a un diario en la que Cuixart aseguraba que no se arrepentía de nada y que volvería a hacer lo que hizo, un argumento para oponerse a este permiso de tres días que ahora tiene que validar un juzgado de vigilancia penitenciaria.
Lo considera injustificado e improcedente y también prematuro dado el escaso tiempo de cumplimiento de la pena impuesta: dos de los nueve años a los que fue condenado Jordi Cuixart.