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Mujeres del PSOE acusan a Salazar de haber cometido "comportamientos inadecuados" cuando era su jefe

Distintas personas que han tratado con Francisco Salazar piden que no tome posesión de su cargo como adjunto de la nueva secretaria de Organización, Rebeca Torró.

Carlos Martín

Madrid |

Mujeres del PSOE acusan a Salazar de haber cometido "comportamientos inadecuados” cuando era su jefe
Mujeres del PSOE acusan a Salazar de haber cometido "comportamientos inadecuados” cuando era su jefe | Europa Press

Lidia, una mujer que trabajó a las órdenes de Francisco Salazar en la Moncloa, ha relatado a 'elDiario.es' los actos vejatorios que el que iba a ser nuevo adjunto de la secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, tuvo mientras era su jefe y que comprendían: mensajes a deshora con invitaciones a cenar a solas y fuera de horario laboral; ofrecimientos de quedarse a dormir en su domicilio; insistencia en el hostigamiento a sus subordinadas y constante lenguaje sexualizado en el entorno de trabajo. Lidia ha narrado su experiencia bajo un nombre ficticio por miedo a represalias. Tal es su preocupación que este le impidió demandar a sus superiores un cambio de puesto de trabajo.

La trabajadora lo ha calificado como "acoso sexual y abuso de poder", puesto que rechazar sus ofrecimientos conllevaban castigos que conllevaban la reducción de responsabilidades en el puesto de trabajo y la falta de expectativas de promoción política o profesional. Y lo que es peor, no se trata de un único caso. De hecho, cuando llegó al palacio presidencial, sus compañeras le advirtieron de que tuviese cuidado con quedar con él a solas o aceptar invitaciones fuera de horario laboral.

Asimismo, según adelanta 'elDiario.es' habría otra mujer que tras las primarias de Pedro Sánchez en 2017 en las que se empleó como voluntaria para los socialistas, también comunicó a su entorno personal que Salazar la trató como un "baboso" y que repitió "comportamientos inadecuados" pese a la diferencia de edad entre ambos y de ser familiar de un veterano socialista. Salazar no se frenó.

Estos relatos a los que ha tenido acceso elDiario.es, el de Lidia de manera directa y el de la segunda joven corroborado por su familiary por trabajadores del partido, aluden en realidad a un diagnóstico generalizado en las filas socialistas, donde decenas de cargos intermedios o simples militantes de base aseguran que hay un clamor extendido como una mancha de aceite desde hace muchos años alrededor de la figura de Paco Salazar, uno de los hombres más poderosos de Ferraz durante los mandatos de Sánchez.

El relato de Lidia lo ha conseguido de primera mano el diario y el de la joven lo ha corroborado la familia de la chica. Pero cargos intermediarios y militantes han asegurado que durante años las miradas siempre han estado puestas sobre Salazar por sus actitudes. Destacar que era uno de los hombres más poderosos en Ferraz. Es por ello que en cuanto se ha elevado el tono a los altos cargos del partido, estos han sentido "pavor" al conocer la noticia de quien había sido designado este mismo jueves por el presidente del Gobierno como adjunto a la Secretaría de Organización del PSOE.

Lidia ha explicado al diario que no es una situación que haya vivido ella sola, sino que se prolongó durante bastante tiempo y en bastantes compañeras, que desde el primer día le advirtieron de lo que pasaba. Según ha recordado, al poco de llegar a Moncloa, hubo dos detalles que le llamaron la atención. La primera es que casi todas las integrantes de esa oficina tenían el mismo perfil, mujeres jóvenes que rondaban los 30 años. La segunda fue el inmediato aviso que recibió por parte de sus compañeras: "Fue impactante porque lo primero que me dijeron es que tuviera cuidado, que ya se sabía lo que comentaba todo el mundo del jefe, y mejor no pasar demasiado tiempo con él a solas".

Cuando tuvieron lugar estos hechos, Salazar era el hombre todopoderoso de Sánchez en el PSOE y figuraba en el núcleo de confianza de José Luis Ábalos y Santos Cerdán, de quien llegó a ser compañero de piso. Por entonces ocupaba el puesto de jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, número dos de Iván Redondo.

Salazar había sido aupado este mismo viernes a la Secretaría de Organización después de que estallase el escándalo de corrupción de Santos Cerdán. Para colmo, este mismo día Sánchez se había reunido con mujeres en Ferraz para abordar cambios en sus estatutos para rechazar de manera clara el uso de la prostitución por figuras del partido como José Luis Ábalos o Koldo.

Cabe recordar que Lidia no es el nombre real de la mujer que ha decidido dar el paso de contar las tropelías de Salazar, es un nombre ficticio que ha escogido por miedo a las represalias que puede sufrir si denuncia estos hechos ante la Policía. Además, ha reconocido que nunca se atrevió a hablarle a sus superiores de este "acoso sexual y abuso de poder", por miedo.

"Lo que más me impactó es que me avisó hasta un compañero, que no es habitual porque quienes solemos protegernos de estas cosas somos las mujeres. Pero me cogió un día al poco de llegar y me lo dijo. Que no se me ocurriera quedarme a solas en el despacho con él. Que a su equipo lo llamaban a modo de chascarrillo 'las chicas de Salazar' y que era vox populi porque le había pasado a otras muchas mujeres", ha comentado.

Cierto, le pasó a otras, de hecho, Lidia recibió un montón de WhatsApp de otras víctimas: "Primero fue más liviano, con algunas miradas inquietantes o algún comentario fuera de lugar, en un entorno laboral y en una relación de jefe a subordinada", ha expresado.

"Me empezó a decir sin venir a cuento que me quedara yo más tarde que el resto del equipo, que fuese a cenar con él o a tomar algo. Lo hacía de manera insistente. Y me decía que si se nos hacía tarde nos podíamos quedar a dormir en su casa. Se cuidaba mucho de no dejar por escrito ninguna mención sexual, pero era evidente lo que quería decir y él plenamente consciente de la situación en la que me colocaba", ha añadido.

La empleada de Moncloa ha relatado que si no se atrevió a elaborar una queja formal fue por el "poder absoluto" que ejercía Paco Salazar en el partido; su relación con el propio Sánchez y por no sentir que su lugar de trabajo era un lugar inseguro para trabajar. "Si era vox populi era porque llevaba mucho tiempo pasando, y allí lo sabía todo el mundo y nadie decía nada", ha resaltado, al tiempo que ha recordado que una compañera sí que elevó la queja, pero no tuvo efecto.

"Yo me sentía violentada, evidentemente, pero mi limité a pasar de él, a darle largas para salir del paso. Nunca me atreví a decirle que parara porque era mi jefe", ha denunciado, antes de subrayar que rechazarle tenía consecuencias directas en su trabajo: "Si no le seguías el rollo, te hacía el vacío y pasa a tener consecuencias en lo laboral".

La segunda mujer, la voluntaria en las elecciones primarias de 2017, también vivió situaciones "incómodas" con Salazar. Ella le contó a su entorno más cercano que su agresor había tenido una actitud "babosa" y con "comportamientos inadecuados", pero ahí se acabó todo, no se lo contó a nadie más, esperó a que acabase la campaña para contárselo a un familiar directo que era un veterano socialista.

La joven nunca más volvió a trabajar para el PSOE, poco después de acabar el proceso electoral adquirió su plaza como funcionaria y se trasladó a su puesto. Ha sido un compañero de trabajo en el PSOE, quien se ha puesto en contacto con 'elDiario.es' y estos a su vez con la familia de la chica de 25 años que ha corroborado la versión.

Pero hay más, otra persona que ha trabajado en su oficina ha reseñado que siempre le ha llamado la atención su "lenguaje sexual" que utilizaba con sus colaboradoras, la mayoría mujeres jóvenes. La misma fuente confirma que, en su caso, nunca ha visto comportamientos de acoso, pero que en caso de haberlos visto los hubiera denunciado. Aunque tampoco conocía las relaciones que tenía Salazar en el comportamiento de tú a tú con su equipo.

Por otra parte, trabajadores varones que han permanecido al lado de Salazar durante años han indicado que nunca vieron o escucharon nada sobre estos asuntos, pero sí que pueden confirmar que sus equipos siempre estaban formados por mujeres muy jóvenes. "Su trato, sin distinción del género de sus colaboradores, siempre fue déspota y malencarado. Pero nunca tuvimos constancia de que se sobrepasara con las mujeres", han contado.

Salazar, por su parte, ha negado al medio de comunicación haberse propasado con ninguna de sus subordinadas: "No paro de darle vueltas y no encuentro un momento en mi vida donde haya hecho ninguna estupidez. Yo no he hecho nada con ninguna persona, tengo una pareja de toda la vida, en mi época de universidad pudo ser... pero no entiendo de dónde sale eso. Nunca con ninguna compañera he tenido relación ni trato, nunca jamás. Me he partido la cabeza dándole vueltas y me parece una cosa alucinante. No paro de pensar a ver si la he cagado y le he dicho algo inconveniente a una compañera y la verdad es que no lo encuentro".