El Ingreso Mínimo Vital (IMV), la ayuda ideada por el ministerio de la Seguridad Social de José Luis Escrivá en 2020, en plena pandemia, dirigida a personas vulnerables en riesgo de exclusión y con el objetivo de reducir la pobreza severa, ha cumplido dos años desde su aprobación definitiva marcados por las dificultades burocráticas de su gestión y recepción.
De hecho desde que se aprobó se ha enfrentado a problemas, bien por el contexto de su puesta en marcha, en plena pandemia y con un caos descomunal en las gestiones telemáticas, o bien por las dificultades burocráticas a las que se han venido enfrentando los destinatarios ante una gestión complicada con escasa o nula atención presencial.
Las organizaciones sociales que actúan como intermediarias entre los solicitantes y la administración han descrito una situación de inquietud vital para familias que, recuerdan, viven en situación de "extrema vulnerabilidad" y tienen que afrontar escenarios estrambóticos.
Ejemplo de estos escenarios son que haya familias que pierdan la ayuda por tener un bebé, beneficiaros que acaban asumiendo deudas muy elevadas por cobros indebidos o que se generen situaciones de incertidumbre por un cambio de empadronamiento, la obtención de un puesto de trabajo temporal o una modificación en la composición de la unidad de convivencia.
Las razón por la que algunos beneficiarios han empezado a cobrar menos
Independientemente de los problemas burocráticos señalados anteriormente, los beneficiarios del IMV, que según el Gobierno ha alcanzado a 690.214 hogares desde su puesta en marcha, pueden ver variaciones en la cuantía que perciben debido a las revisiones ordinarias anuales que se hacen de su renta.
La clave para recibir el IMV radica en los ingresos, esto es estar en situación de vulnerabilidad económica. Como explica en los requisitos la web del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones , "para determinar la situación de vulnerabilidad económica se toma en consideración la capacidad económica de la persona solicitante individual o de la unidad de convivencia, computando los recursos de todos sus miembros", de ahí que cualquier cambio en sus circunstancias del beneficiario pueda afectar a que la ayuda se mantenga, aumente o disminuya.
Desde el Ministerio de Seguridad Social explican a Onda Cero que, para saber qué nivel de renta tiene el beneficiario, se revisan sus datos con Hacienda y, en función de las variaciones que haya tenido en el último año, las prestación del IMV puede aumentar, mantenerse o reducirse.
La razón por la que algunos beneficiarios han visto reducida la cuantía del ingreso mínimo en las últimas mensualidades es porque, tras ese control ordinario que Hacienda hace anualmente cuando se cierra la campaña de la Renta, se les ha ajustado a la baja la ayuda mensual debido probablemente a que hayan encontrado un empleo o cambiado algunas de sus circunstancias personales.
Hay que tener en cuenta que esta prestación tiene como objetivo garantizar un umbral de renta y en función del nivel de renta del beneficiario se complementa en mayor o menor medida la cuantía que percibe.
Retos de la nueva ministra
Habrá que ver si la sucesora de Escrivá, la nueva ministra de Inmigración, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, logra solucionar las complicaciones generadas en torno a esta ayuda y que llegue a todas las personas que lo necesitan.
De momento, en su discurso tras tomar posesión de su cargo, Saiz aseguró que su Ministerio va a seguir "escalando" medidas como el Ingreso Mínimo Vital "sobre la base de evaluar cuáles son las más eficaces para conseguir la inclusión social de las personas".
