Puericia no es un insulto, por contra es un cultismo que designa el 'período de la vida humana que media entre la infancia y la adolescencia', para algunas autoridades duraría los siete años hasta los catorce. Pero si la infancia abarca «desde el nacimiento hasta la pubertad»; siendo la pubertad la «primera fase de la adolescencia, en la cual se producen las modificaciones propias del paso de la infancia a la edad adulta» y la propia adolescencia es lo que «sigue a la niñez y precede a la juventud»; siendo la niñez lo «que se extiende desde el nacimiento a la pubertad»; y sabiendo a ciencia cierta lo que es un nacimiento, pienso haber aclarado el primer concepto.
Pasemos al verbo infantilizar, aplicado normalmente a los adultos que confieren a los niños y niñas ciertas cualidades, generalmente estereotipadas. Pues bien, si esto lo traslado a la creación musical he decidido distinguir con mi extensa preselección aquellas composiciones creadas por un músico profesional –incluyendo precoces prodigios– pensadas para tal puericia, la cual me he permitido adelantar a los cinco años de hoy en día.
Vaya, tanto este pueril especial de NMHA, como mi similar sesión que pincharé pasado mañana como artista invitado de Maldita Nerea, para todos los churumbeles e incluso para los progenitores que algún momento se ven desbordados por los efectos que provocan los naturales cambios hormonales propios de sus vástagos.
Música de inicio:
'Children's songs: nº 3' interpretado por el pianista estadounidense Chick Corea y compuesto por el mismo Armando Anthony Corea, incluido en su trabajo conceptual Children's Songs [ECM, 1984], producido por Manfred Eicher. Vivió 79 años (1941 – 2021), en el prefacio de este disco declaró que su objetivo era 'transmitir la simplicidad como belleza, como se representa en el espíritu de un niño'.
Texto: Miguel Tébar, periodista musical.