Selectividad

Estudiantes gallegos afrontan la PAU con nervios y diversidad de opiniones sobre el cambio del modelo de examen

La CiUG confirma que la selectividad arrancó "sin ninguna incidencia" y con nuevas pruebas menos memorísticas que tampoco suponen "un cambio radical"

Ramón Castro

Santiago de Compostela |

Estudiantes gallegos afrontan la PAU con nervios y diversidad de opiniones sobre el cambio del modelo de examen
Estudiantes gallegos afrontan la PAU con nervios y diversidad de opiniones sobre el cambio del modelo de examen | Europa Press

Estudiantes gallegos que desde este martes se enfrentan a la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) reconocen, a las puertas de las facultades, tener "muchos nervios" y opiniones diversas sobre el cambio de modelo de examen introducido este año.

Sobre las 9.00 de la mañana, minutos antes de recibir las instrucciones sobre cómo se van a desarrollar las tres jornadas de selectividad, cientos de estudiantes --de los casi 13.000 aspirantes de toda Galicia-- se amontonaban a las puertas de las aulas en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Santiago.

En este centro se examinan alumnos no solo de la capital gallega --IES Rosalía de Castro--, sino también de la zona: el IES Terra de Xallas de Santa Comba, el Cacheiras de Teo, el Macías O Namorado de Padrón y el IES A Pobra do Caramiñal.

A las puertas de una de las clases esperaban Martina Domínguez y Manuel Dopazo, dos estudiantes del IES Rosalía de Castro que reconocen a Europa Press estar muy nerviosos, si bien esperan "que se tranquilicen las cosas" después de la prueba de Lengua Castellana y Literatura, que es la primera.

Martina quiere hacer un Grado en Relaciones Internacionales, mientras que Manuel espera entrar en Ingeniería Informática "o algo así, más técnico" para lo cual "no ve problemas" para entrar.

Sobre los cambios introducidos este año en la PAU, no ocultan que les parece "una vergüenza" porque consideran que Galicia es "la única comunidad autónoma realmente competencial".

"Prefiero el modelo anterior. Pero se afronta, no pasa nada", dice Manuel Dopazo. "A mí me parece que podían haber introducido el cambio en la selectividad un poco más gradualmente y no que de repente no podamos descartar nada", añade Dopazo, quejándose de que apenas había modelos de examen que consultar.

Y es que los exámenes de la PAU ya no cuentan con los tradicionales modelos A y B, en los que el alumno escogía que carilla de la hoja podía responder. Ahora, la opcionalidad está dentro de las cuatro preguntas que tiene cada examen --cada una de ellas cuenta con varios apartados y hay que responder solo algunos de ellos--, por lo que se presupone que ahora tienen que estudiar toda la materia, sin descartar nada.

OTROS NO LO VEN TAN COMPLICADO

Xabier Trillo, también del IES Rosalía de Castro, confiesa estar "más tranquilo" que algunos de sus compañeros, porque lo lleva "bastante bien", lo que no quita que esté "algo cagado". Aspira a entrar en Ingeniería Informática.

Sobre los cambios de la PAU de este año, reconoce no estar "muy enterado" sobre cómo era la anterior, "así que ni tan mal". "La mayoría de exámenes que hicimos en el Rosalía eran como se supone que tienen que ser", cuenta.

Por su parte, Adrián Zas, que aspira a entrar en una carrera de la rama sanitaria --Enfermería y Farmacia son sus ideas principales--, tampoco está preocupado por el nuevo modelo: "No creo que lo hayan complicado mucho, pero sí que es cierto que aumentaron mucho más el temario".

Aunque "depende del examen", porque si bien cree que Historia de España y Lengua Castellana "pueden ser asequibles", hay otras que sí podrían resultar "un poco más difíciles". A Adrián, que estudió "mucho" pero menos de lo que le "gustaría", le preocupan más las asignaturas específicas --Matemáticas y Química, en su caso--, que son las que más le podrían subir la nota para acceder al grado.

Así a todo, considera que el nuevo modelo intentaron hacerlo "un poco más justo" al equipararlo en todas las comunidades autónomas.

ARRANQUE "SIN NINGUNA INCIDENCIA"

Mientras ocurría la charla introductoria, en el 'hall' de la Facultad de Ciencias de la Comunicación la presidenta de la Comisión Interuniversitaria de Galicia (CiUG), Maite Flores, atendía a los medios de comunicación para ratificar que la PAU había comenzado "sin ninguna incidencia" más allá de lo habitual y con "tranquilidad" por parte de los organizadores.

Sobre el nuevo modelo, más competencial y menos memorístico, Flores entiende los "nervios" de los aspirantes, pero descarta que las pruebas sufran un "cambio radical" con respecto a lo que ya han hecho durante el curso. Eso sí, el fin del 'modelo covid', que se implantó desde 2020, supuso que ahora "tienen que estudiar toda la materia, cuando antes podían escapar" de algunos contenidos porque había más optatividad.

Asimismo, la presidenta de la CiUG recuerda que otro cambio importante implica que la PAU se celebra a la vez en todas las comunidades autónomas, a excepción de Canarias y Cataluña, y con prácticamente el mismo orden durante las tres jornadas.

También intentan "focalizarse en que todos los exámenes tengan el mismo porcentaje de competencialidad", para facilitar el empleo de la "capacidad de responder cosas que no se dijeron exactamente" en clase. El objetivo es abandonar poco a poco el modelo de educación basada en la memorización de contenidos.

Igual que todos los años, la CiUG pasará por todas las aulas detectores de frecuencias para interceptar posible uso de dispositivos electrónicos, cada vez más complejos: "La tecnología avanza mucho más que nosotros, entonces hay formas de pasar información muy sofisticadas".

Si se detecta el empleo de algún móvil o alguna otra treta para copiar, el alumno no solo tiene suspenso el examen, sino toda la PAU.

ALUMNOS CON NECESIDADES ESPECIALES

Entre los casi 13.000 estudiantes matriculados en la selectividad de este año, 12 lo han hecho en el Centro de Recursos Educativos que la ONCE tiene en Pontevedra, por contar con necesidades especiales.

El delegado de la Universidade de Vigo en la CiUG, Iván Area, ha explicado son estudiantes con circunstancias personales muy variadas pero con un denominador común, pues todos ellos tienen unas "necesidades educativas especiales", y en el CRE disponen de todas las condiciones para que puedan realizar las pruebas con todas las garantías.

Se trata de personas con problemas visuales, de motricidad, y no solo cuestiones físicas, sino que también hay estudiantes con algún tipo de trastorno que requiere una atención específica, como puede ser un espacio aislado.

El examen es el mismo para todos, pero en estos casos se adaptan los tiempos --en vez de hora y media, dos horas-- a las condiciones que precisa el alumno para hacer las pruebas de la manera más cómoda y con una atención personalizada.

En el CRE han dispuesto exámenes en braille, otros impresos en textos con un formato adaptado, o incluso con síntesis de voz además de medios técnicos como ordenadores, o un 'paralex' que es un conjunto de reglas que se coloca sobre el tablero de la mesa de dibujo para trazar líneas paralelas rectas.

"Nos gustaría tener recursos infinitos para poder hacer las adaptaciones con el resto de sus compañeros del instituto, pero los recursos son muy limitados y, afortunadamente, aquí la ONCE nos permite hacer ese tipo de cosas", ha manifestado Area.

ASPIRANTES CON LESIONES

Otra situación que se repetía en los últimos años eran los alumnos lesionados durante la práctica deportiva y que les coincidía en día del examen con alguna extremidad fracturada.

Según ha explicado Area, este año consiguieron que un chico con una pierna rota pudiese estar junto con el resto de sus compañeros haciendo el examen en la comisión delegada correspondiente, "simplemente con la pierna en alto".

También hubo un estudiante que lesionó en una muñeca "a última hora" pero, en este caso, "sólo necesitó un poquito más de tiempo" para poder hacer los exámenes con lo que tampoco ha sido necesario que acudiese al CRE de Pontevedra para hacer una adaptación.

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