Ni los más viejos del lugar recuerdan una temporada tan sumamente calamitosa como la que está haciendo el Valencia CF de la presente temporada. Tan solo ha ganado 5 encuentros de 22 disputados, no gana desde noviembre, es el peor equipo del 2023, no deja la portería a cero desde mayo del 2022, ha encadenado 5 derrotas consecutivas, les han marcado más goles de los que ha anotado y todo esto hace que el Valencia CF, aquel que tal día como hoy hace tres años saltaba a San Siro para jugar un partido de octavos de Champions, sea el segundo por la cola, penúltimo en la primera división del fútbol español.
Un equipo hundido, sin un carácter definido, sin un estilo, sin suerte y sin nada a lo que ahora aferrarte para poder decir que esta plantilla se salva y lo que es peor si no es este año la deriva de club habla de que si sigues "jugando" tarde o temprano te pasará aquello que ya sucedió en 1986, un descenso, aquel que hace un par de semanas no se quería ni nombrar por parte de los poderes fácticos de los de Mestalla.
Debut aciago de un Rubén Baraja que veía como las jugadas de ataque, hasta tres tuvo claras, se iban al limbo. La diosa fortuna parece haber dejado de la lado a un equipo en una dinámica más que peligrosa, donde además, se lesiona el capitán Jose Luis Gayá en su tobillo derecho.
El gol de Mayoral a 8 minutos del final es casi el cruel testigo de un equipo que no sabe como salir de una zona donde jamás pensó poder estar y quizá, ahora, se está en esa posición porque no se quiso ver antes la realidad. Aún queda tiempo pero ahora mismo todo es negro y aquello de queda tiempo aún vale hasta que un día te levantes y vea que ya vas en manga corta por la calle y el tiempo se esfumó.
El Valencia es el peor equipo de primera división, exceptuando a un Elche que hace tiempo está pensando en la segunda división. Esa es la realidad, triste, pero realidad y desde el asumir esa realidad habrá que salir, no queda otra, lo demás palabras, y ahora este equipo, este escudo está para hechos.