ABUSO SEXUAL A MENORES

10 años de cárcel para el fisioterapeuta acusado de abusar de una menor con parálisis cerebral

El joven ha sido condenado a 10 años y 4 meses de prisión y a pagar 10.350 euros a la víctima, 20.300 a la madre y 5.000 al padre

Rubén Domenech

València | 29.04.2024 13:39

Fachada de la Ciudad de la Justicia de València
Fachada de la Ciudad de la Justicia de València | EUROPA PRESS - Archivo

La sección segunda de la Audiencia Provincial de València ha condenado a 10 años y 4 meses de prisión a un joven, fisioterapeuta, por abusar sexualmente de una niña de dos años y ocho meses con parálisis cerebral y retraso en el desarrollo motor.

La fiscalía reclamaba 12 años de prisión por un delito de abuso sexual y, alternativamente, 14 por agresión sexual. La acusación particular, que representaba al padre y a la madre de la menor, reclamaba 15 años, mientras que la defensa, la absolución.

La Audiencia finalmente ha condenado al acusado a 10 años de prisión por un delito de abuso sexual sobre menores de 16 años, también se le impone la inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades que conlleven contacto regular y directo con menores de edad por un tiempo de 18 años. Además, tendrá que pagar en concepto de responsabilidad civil la cantidad de 10.350 euros a la víctima, de 20.300 a la madre y de 5.000 al padre.

Desde principios de 2022, la menor comenzó a recibir tratamiento rehabilitador, en el centro donde el joven prestaba sus servicios de fisioterapeuta desde 2017, como consecuencia de la parálisis cerebral y retraso en el desarrollo motor que sufría.

Los hechos tuvieron lugar el 3 de mayo de 2022, cuando acudieron a las instalaciones para la sesión con la menor. Según recoge la sentencia, el joven cerró la puerta en llave, quedándose a solas con la menor y, “con ánimo de satisfacer su deseo sexual y sin un fin terapéutico”, la desvistió y abusó de ella.

El relato de los padres cuenta que la madre, alertada por el llanto de la menor, superior al habitual en estas sesiones, vio a través de una estrecha franja del vinilo de la pared al sanitario con la niña encima de sus genitales. Intentó abrir la puerta, pero no pudo, por lo que alertó a su marido, que esperaba en la calle, y a base de golpes, pudieron abrir la puerta. Inmediatamente la madre cogió a la niña en brazos, que tenía el body desabrochado y el pañal del revés. La menor fue asistida en Urgencias con varias lesiones y trastorno de estrés postraumático.

SIGNIFICADO SEXUAL

La Audiencia, teniendo en cuenta tanto las declaraciones de los padres, que explicaban los hechos "de forma coherente y coincidente, sin contradicciones sustanciales" y las declaraciones de testigos “imparciales y fiables”, llegó a la conclusión de que el condenado tuvo un "significado sexual" y constituyó "objetivamente" una limitación de la libertad sexual de la víctima "sin ningún fin terapéutico o asistencial".

El tribunal insiste en que "estas circunstancias indican la intención de satisfacer un deseo sexual y no se explican en una sesión de fisioterapia" y ha añadido que "el acusado se ha limitado a negar dichas acciones y no ha dado una explicación alternativa".

En la causa constan otros hechos que, a juicio de la Audiencia, “corroboran” esta conclusión y descartan la finalidad terapéutica como: no consta en este caso concreto indicación fisioterápica para la exploración íntima; el acusado no informó a los padres del uso de una técnica tan invasiva; cerró la puerta con llave para realizar la sesión de fisioterapia, impidiendo la libre entrada de los padres; desvistió a la niña para realizar la fisioterapia; no utilizó los procedimientos y medios habituales, ya que usó un preservativo; no abrió la puerta, pese a que pudo percibir la alteración de la madre; intentó deshacerse del preservativo usado; tenía ADN de la niña en la parte interior de sus calzoncillos; y causó lesiones que no son propias de un acto terapéutico.