Hoy con Leleman venía pensando en… los médicos y técnicos sanitarios que el sábado salvaron la vida el futbolista danés Christian Eriksen.
Se vivieron momentos de verdadera angustia. Los que estábamos delante de la televisión encogimos el corazón al ver como se desplomaba al suelo. Las imágenes que nos llegaban eran terroríficas y nos hacían presagiar la peor de las tragedias. Yo, reconozco que además del escalofrío que durante varios minutos recorrió mi cuerpo, llegué a soltar alguna lágrima pensando en lo peor.
Hasta que llegaron ellos. Los médicos y técnicos sanitarios. No tienen los focos de los futbolista, ni tan siquiera su reconocimiento, pero su labor es vital como se demostró el sábado. Su rápida actuación devolvió la vida al futbolista danés. Podrán marcarse goles bonitos de chilena, a la escuadra, de tacón o similares durante el torneo. Pero esa RCP que le praticaron se convirtió, por derecho propio, en el gol más bonito de toda la Eurocopa. Ellos son los auténticos MVP del campeonato.
Una vez más. Como sucediera durante la pandemia, hemos sido conscientes de la labor necesaria y vital que hacen los sanitarios. Mi aplauso, reconocimiento y respetos a ellos, los del sábado, y los que día a día lejos de la notoriedad que da un torneo como la Eurocopa, se dedican a salvar vidas a diario.
Por fortuna todo quedó en un susto. Cosas como las del sábado nos hacen ver que hay cosas mucho más importantes que ganar o perder un partido, que marcar o fallar un gol. Todos sufrimos viendo la imagen. Futboleros y no futboleros. Precioso el detalle de las aficiones unidas, daneses y finlandeses, coreando unos Christian y Eriksen los otros. Porque el sábado se marcó el gol más bonito, el más importante: el gol de la vida.
