El parque de la plaza Manuel Granero es prácticamente la única zona verde de envergadura de Russafa si exceptuamos la reciente apertura de la primera fase del Parque Central, aunque en este caso se trata más de un jardín de ciudad que de barrio. Tiene una superficie de 7.500 metros cuadrados y su reforma es una de las reivindicaciones más antiguas e insistentes de los vecinos de la zona.
Una de las cuestiones que resolverá el proyecto es la mejora de la accesibilidad mediante la eliminación de barreras arquitectónicas. El proyecto trata de solucionar la existencia de áreas no accesibles a la zona de la fuente y los setos que fragmentan mucho algunos espacios, donde parte de los vecinos piden separar de manera clara la zona del jardín de la acera perimetral. En este sentido, se instalarán jardineras elevadas y setos para definir claramente el espacio del jardín de la acera del entorno. También se pretende dar carácter unitario a la actuación porque el parque actual se encuentra muy fragmentado.
En cuanto a los usos, además de la zona de juegos infantiles y la de socialización de perros, se sumará con un nuevo espacio de estancia y de interacción intergeneracional. Además se quitarán elementos que no se utilizan o están obsoletos, como la fuente ornamental y la zona de petanca. Por el contrario se respetarán los 160 ejemplares que integran el arbolado histórico existente en el parque. Los trabajos han sido adjudicados por cerca de medio millón de euros. El plazo de ejecución previsto es de cinco meses por lo que la remodelación del jardín debería estar acabada este próximo verano..
Enfrentamiento vecinal
La reforme del parque de Manuel Granero ha sido foco constante de conflicto entre los diversos colectivos vecinales del Russafa. Su pervivencia llegó a estar amenaza por la construcción de un aparcamiento subterráneo, proyecto que finalmente desechó el Ayuntamiento para apostar por la reforma del que está considerado como el principal “pulmón verde” de Russafa.
Pocos meses antes de las elecciones municipales de 2015 el gobierno local, en manos todavía del PP, presentó un primer plan de remodelación que llegó a ser licitado en agosto de ese mismo año por el Consistorio, ya en manos del “Govern de la Nau”. Entre otras cuestiones ese proyecto contemplaba la creación en el centro del parque de una gran explanada rodeada de gradas, lo que generó un movimiento de oposición por parte de algunos colectivos ciudadanos de Russafa.
Estas entidades criticaban el “exceso de cemento” de la actuación y el peligro que eso suponía para el arbolado histórico de los jardines, y consiguieron sacar adelante una propuesta de rediseño del proyecto en el proyecto de presupuestos participativos del año siguiente. Finalmente el gobierno local atendió esa petición y realizó un proceso de participación ciudadana para realizar la intervención adjudicada ahora. Una decisión que no fue secundada por la Federación de Asociaciones de Vecinos de València, que llegó a calificar de “engaño y tomadura de pelo” la renuncia al proyecto original.