Y conquistó su tercera liga de campeones y lo hizo con un equipo armado por él desde hace algunos años y que ha convertido en una maquinaria casi perfecta de ganar.
Es cierto que la final no fue brillante, en especial la primera parte, incluso que los italianos dispusieron de mejores oportunidades que los ingleses y estuvieron a punto de dar la gran sorpresa, forzando la prórroga e incluso adelantándose en el marcador.
A Guardiola se le exige vencer y convencer. Ganar y jugar bien al fútbol. Y muchos entendieron que en el partido le faltó ese toque especial que siempre le ha dado a sus equipos.
Y pueden tener parte de razón. Pero las finales no se disputan, las finales se ganan.
Y después de muchos años de intentarlo ha entrado en la historia del Mánchester City y del fútbol europeo con la consecución de su primera liga de campeones. Guardiola ha ido evolucionando y ha dado retoques para además de un fútbol brillante, y espectacular en muchos momentos, saber ser efectivo en otros.
El fútbol actual se divide entre los que admiramos el trabajo realizado por Pep Guardiola, como entrenador y los que le niegan el pan y la sal haga lo que haga por diferentes motivos.
Algunos, por su manera de ser, por su carácter, por su pensamiento y otros por su procedencia Barcelonista. Pero no queda otra, sea uno del bando que sea, que reconocer que estamos ante un adelantado, ante un entrenador muy influyente en el mundo del fútbol y un técnico enormemente laureado en los últimos tiempos, a pesar de su juventud. Guardiola se acerca las cifras históricas de sir Álex Ferguson, como el entrenador más laureado de la historia del mundo del fútbol y lo hace en distintos equipos, en España, Alemania, Inglaterra.
Guardiola ha colocado el Mánchester City en la Cima del fútbol europeo, y lo que es más significativo, da la sensación de que lo será por mucho tiempo el gran dominador del fútbol si siguen con ese acertado Trabajo y armando un equipo altísima mente competitivo y con una grandísima dirección