La Federación Defensa Animal Cantabria ha denunciado el uso de renos como reclamo en espectáculos y exhibiciones navideñas en espacios urbanos, algo que ha ocurrido en Santander, en la 'cabalgata de Papa Noel', y que DEAN considera "una forma de maltrato animal encubierto en Navidad".
"Utilizar animales vivos como decoración navideña es una forma de maltrato, aunque se intente disfrazar de tradición o espectáculo familiar", sentencia la entidad en un comunicado, a través del cual ha expresado su "total rechazo" al uso de estos ejemplares en espacios urbanos, al ser una práctica "incompatible" con su bienestar y "totalmente injustificable en una sociedad que dice avanzar en sensibilidad y respeto hacia los animales".
DEAN considera "especialmente grave que una administración pública permita o ampare este tipo de actividades", por el "mensaje educativo erróneo" que se envía a la ciudadanía en general y a la infancia en particular, "normalizando el uso de animales como objetos de entretenimiento".
Por eso, exige al Ayuntamiento de Santander "que ponga fin a este tipo de espectáculos, apueste por alternativas culturales y decorativas sin animales, acordes con una sociedad moderna, respetuosa y verdaderamente comprometida con el bienestar animal".
"Las ciudades deben avanzar hacia celebraciones éticas y responsables. La Navidad no puede seguir construyéndose sobre el sufrimiento de otros seres vivos", abunda.
Estrés
La organización recuerda que los renos son animales silvestres, "no adaptados a entornos urbanos ni a la exposición constante al público, la iluminación artificial, la música, el ruido del tráfico y la manipulación continuada", condiciones que les generan "altos niveles de estrés, miedo y ansiedad, afectando directamente a su bienestar físico y psicológico".
"El estrés crónico al que se somete a estos animales se manifiesta en comportamientos de alerta permanente, intentos de huida, alteraciones en la alimentación y el descanso, y un evidente deterioro de su estado físico y emocional", señalan desde DEAN.
Además, DEAN subraya que "el traslado, confinamiento en recintos reducidos, la exposición continua a la mirada y proximidad de cientos de personas" así como "la imposibilidad de huir o aislarse, la alteración de sus rutinas y el transporte previo y posterior a la exhibición" constituyen una "acumulación de factores de riesgo que vulneran los principios básicos de protección animal".
Por todo lo anterior, la presidenta y portavoz de la Federación, Victoria Cedrún, no ve "ninguna justificación ética para someter a estos animales al estrés y al sufrimiento únicamente para hacerse una foto o atraer público".
Y recuerda por último que la Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar de los animales establece la obligación de evitar situaciones de angustia, miedo y estrés innecesarios, principios que a su juicio no se respetan en este tipo de exhibiciones, en espacios urbanos y con gran afluencia de personas.

