Crecida Ebro

La inquietud se traslada ahora a la Ribera Baja

La punta de la crecida está ya en Zaragoza y ahora toca mirar hacia los municipios de la ribera baja. En localidades como Quinto o Pina de Ebro están pendientes del Ebro, pero también del Gállego. Allí, confían en que las motas de seguridad aguanten y no haya afecciones en los cascos urbanos.

Redacción

Zaragoza | 14.12.2021 13:51

Tareas de refuerzo de las motas en Pina de Ebro
Tareas de refuerzo de las motas en Pina de Ebro | Antena 3

El Puesto de Mando del CECOPI se trasladará a Pina de Ebro, ya aguas debajo de la capital, que será mañana la zona más afectada por la riada. En Pina de Ebro, ya han desalojado a las personas con movilidad reducida por precaución y también han cambiado de lugar a los animales que estaban en zonas inundables. El capitán de la Unidad Militar de Emergencias, Enrique Bascuas, en declaraciones al programa Espejo Público de Antena 3, ha señalado que los efectivos van a comenzar a desplazarse a la zona baja del cauce.

Afecciones en la Ribera Alta

Los municipios de la ribera por los que ya ha pasado la punta de la crecida esperan ahora a que baje el nivel del agua, para empezar a valorar los daños. En Pradilla de Ebro, por ejemplo, el río todavía supera los seis metros y medio, y mantiene inundadas tanto las huertas como el parque y el complejo deportivo. El alcalde de la localidad, Raúl Moncín, ha explicado que es pronto para comprobar las afecciones en caminos y sistemas de riesgo. En cualquier caso, celebra que el río no haya entrado en el casco urbano, gracias a las actuaciones realizadas en los últimos años.

Miles de hectáreas anegadas

La Unión de Pequeños Agricultores, UPA, estima que 20.000 hectáreas se vean afectadas por la riada. La mayoría, unas 12.000, dedicadas a cultivos, especialmente al cereal. A la espera de que baje el caudal y valorar las pérdidas, creen que van a ser cuantiosas. Además, varios productores no habían contratado los seguros del año todavía y el cereal no estaba suficientemente crecido para ser subvencionables. Consecuencias de una crecida extremadamente temprana, y que podría haber sido mucho peor si el embalse de Yesa no hubiera estado prácticamente vacío.