La crisis de 'vocaciones' en la hostelería es una realidad que está poniendo en un serio aprieto al sector hostelero. Muchos de los profesionales de la hostelería que se buscaron la vida cuando tocó cerrar el bar o el restaurante en el que trabajaban y encontraron una salida en otro sector, no quieren volver a la dura vida del camarero.
El profesor de la Escuela de Hostelería Miralbueno, Gabriel Angós, explica que actualmente forman como camareros a 65 jóvenes, la mayoría de los cuales combina la formación con el trabajo, dada la necesidad de mano de obra. De hecho, esta situación se convierte en una oportunidad, ya que la demanda de camareros es muy alta. Señala, sin embargo, que hay que tener mucha vocación de servicio al cliente y entender que es un trabajo duro, sobre todo por los horarios, y toca trabajar cuando los demás disfrutan.
Aunque no es la solución, al menos a corto plazo, el restaurante La Lobera de Martín ha incorporado a su plantilla a unos camareros muy especiales. Se trata de robots que no sustituyen la labor del profesional, sino que es un asistente muy útil. Cristina Martín ha contado que estos robots se encargan de hacer tareas más ingratas, como retirar vajilla; aunque recalca la importancia del factor humano. Ningún robot sustituirá al buen camarero.