Aunque la llegada del técnico de Casilda agitó el árbol, parece que frutos no hay. El sevillismo se resigna a una temporada de sufrimiento tras contemplar el enésimo despropósito de una plantilla que no da el nivel. El Sevilla no ha ganado ni uno de los seis partidos ligueros que ha disputado en casa, algo que no había sucedido nunca en la historia. Los de Sampaoli son el equipo que más tarjetas amarillas ha visto en Primera División: 48.
Además de las sensaciones y el juego - muy deficientes -, las estadísticas se asimilan a las de temporadas que acabaron muy mal en Nervión. Y es que los resultados actuales (dos triunfos, cuatro empates y seis derrotas) reproducen lo vivido por el Sevilla dirigido por Antonio Barrios en la temporada 67-68, en la que acabó descendiendo.
Hacía más desde 25 años que el Sevilla no visitaba Heliópolis en puestos de descenso, coincidiendo con el Betis en zona europea. En aquella última ocasión, el 17 de mayo de 1997, el partido acabó con empate a tres, con goles postreros de Salva y Galván y un gol 'fantasma' sobre la bocina no concedido a Jarni tras la parada 'in extremis' de Juan Carlos Unzué.