En la previa del partido Sergio González ya avisaba de las intenciones del Espanyol de afrontar el derbi con valentía. Y el entrenador perico no defraudó. Con una alineación preparada para hacer daño al contraataque, desde el arranque del encuentro el Espanyol dejó clara su estrategia.
El Barcelona, con Iniesta en el banquillo, dominaba la posesión de balón pero lejos de las zonas de peligro. Por su parte, el Espanyol evidenciaba los problemas defensivos del Barcelona a la hora de correr hacia su propia portería, con contras que le permitían acercarse con peligro a las inmediaciones del área de Bravo.
El primer aviso del conjunto de Sergio González llegó en el minuto siete, con Sergio García haciendo daño en la espalda de Dani Alves. El centro del capitán del Espanyol buscaba a Lucas Vázquez, pero el canterano del Real Madrid no llegó a rematar. En la jugada posterior, el Barcelona trató de contestar con una jugada en la que Xavi pidió penalti de Álvaro.
Mientras el Barcelona tocaba y tocaba en zonas sin peligro, Caicedo robó un a Busquets -en lo que parecía falta- y con un solo pase dejó a Sergio García delante de Piqué. El central internacional reculó sin oponer gran resistencia y Sergio García remató cómodamente para hacer el 0-1 y silenciar el Camp Nou.
A partir de aquí, el Barcelona intensificó su control del balón, pero la colocación defensiva del Espanyol le permitía robar el balón para después poner en evidencia el sistema defensivo del Barcelona. Así, Sergio García primero, y Victor Sánchez después, rozaron el 0-2.
Entre las posesiones intranscendetes del Barcelona y las contras del Espanyol, solo Messi era capaz de darle algo de luz al juego azulgrana. El argentino, asumiendo más responsabilidades en la zona de creación, fue capaz de filtrar un pase a Jordi Alba para que el lateral probara a un Kiko Casilla que tuvo que tapar bien para despejar a córner.
La afición perica acariciaba el descanso con grandes sensaciones, pero el insaciable Messi no lo iba a permitir, y en el minuto 45 maniobró en la frontal del área grande de Casilla para ajustar su disparo al palo derecho y poner las tablas en el marcador.
Y si el Espanyol tuvo ocasiones para ampliar su ventaja en la primera parte y no las aprovechó, el Barcelona no perdonaría en la segunda mitad. Con aficionados todavía pendientes de recuperar su asiento, Messi ya había firmado su doblete (49') para poner el partido cuesta abajo para el Barcelona. Y mientras Sergio González buscaba explicaciones con su ayudante, Piqué firmaba el 3-1 con un gran remate de cabeza a la salida de un córner. Todo el trabajo del Espanyol en la primera mitad, se difuminó en minutos.
Con dos goles de renta, todo fue más fácil para el Barcelona y Luis Enrique dio entrada a Iniesta -por Rakitic- y a Pedro -por Luis Suárez. El Espanyol acusó los dos goles encajados en los primeros compases de la segunda mitad y apenas puso en riesgo la portería de Claudio Bravo en la segunda mitad. Sergio González intentó un cambio de cromos entre Stuani y Caicedo para intentar darle más presencia ofensiva al Espanyol, pero el punta uruguayo no mejoró la versión de Caicedo.
Para cerrar el partido, Pedro aprovechó un fenomenal cambio de juego de Jordi Alba para hacer el cuarto gol del Barcelona y Messi cerró un nuevo hat-trick para dejar el marcador en un contundente 5-1. El equipo de Luis Enrique se lleva el derbi catalán y recupera la segunda posición en la Liga BBVA, y se mantiene a dos puntos del Real Madrid.