Osasuna salió muy enchufado, buscando tocar rápido y pisar área lo antes posible ante un Levante que también fue vertical, sabiendo de la importancia de un choque entre rivales directos. Tres llegadas rojillas en cinco minutos gracias a una presión asfixiante sobre el Levante. Tal fue el empuje de los chicos de Lisci que el gol llegó en el minuto 13. Cabezazo de Víctor Muñoz anticipándose a su marcador en el segundo palo tras un centro sublime de Rubén García.
La idea era clara, balones a banda y centros buscando a alguno de sus compañeros. Disparo de Iván Romero desde la medialuna del área que despejó bien Herrera a córner. Rubén García probó suerte desde fuera del área, encontrándola tras ese desvió de Brugué que engañó a Ryan, quien nada pudo hacer para detener el esférico. 2-0 cuando mejor estaba el Levante.
Ryan realizó dos paradas de un nivel excelso a Víctor Muñoz y Budimir, sacando con el pie izquierdo el remate con la zurda del croata. Salvó a los suyos ante un Osasuna que quería sentenciar la cita. El compromiso y la intensidad de los locales fueron una losa imposible de levantar. Torró tuvo que retirarse tras un mal gesto en el contacto con Brugué en el minuto 51. Etta Eyong desperdició un buen disparo desde una buena posición. Lesión muscular de Aimar Oroz, quien se marchó por su propio pie ante los aplausos de El Sadar. Con esta victoria, Osasuna suma tres puntos clave que refuerzan la figura de Alessio Lisci, así como su posición frente a rivales directos, reflejando solidez en el juego y capacidad para mantener la intensidad durante todo el partido.

