El conjunto de Chris Coleman, empeñado en alimentar la leyenda del fútbol de este país, no se encontraba en un escenario similar desde 1958, en el Mundial de Suecia, su única aparición anterior en un gran torneo.
Fue un duelo de debutantes el vivido en Burdeos. Eslovaquia asume también como novato su inclusión en un Campeonato de Europa, aunque no hace mucho que ya empezó a dejarse ver por eventos como este. Disputó el Mundial de Sudáfrica en el 2010. Toda una experiencia.
Le sirvió al conjunto de Jan Kozak para plantarse mejor sobre el césped y amenazar a su rival. Fue Marek Hamsik, en una gran jugada individual, el que abrió las hostilidades con una ocasión que tuvo pinta de gol y que solucionó Ben Davies bajo palos al sacar un balón que se adentraba en la portería a los tres minutos.
Pero el histórico gol llevó la firma de Gareth Bale. Una falta directa lanzada por el jugador del Real Madrid. Lejana, que contó el poco tino del meta eslovaco Matus Kozacik, que midió mal el tiro. El primer gol galés en una gran competición tras el marcado por Terry Medwin el 17 de junio de 1958, ante Hungría en el Mundial de Suecia, sosegó al cuadro de Chris Coleman, que había irrumpido en el choque sometido por la tensión ante el debut en la fase final de una Eurocopa.
Bale entró en la historia del fútbol de su país y comandó el juego de ataque de su equipo ante un rival afectado por el revés encajado. Eslovaquia, una de las selecciones que mejor imagen deparó en la fase de clasificación, donde llevó a maltraer a España, a la que venció en uno de los partidos, perdió el orden y el rumbo en el partido.
Un disparo lejano de Aaron Ramsey no llegó a sorprender a Kozazik en otra acción con cierto peligro de los galeses. Eslovaquia recuperó algo el pulso del partido antes del descanso. Coincidió con la aparición de Vladimir Weiss, apagado hasta entonces. Marek Hamsik buscó poner en peligro a su rival. Pero sus intentos se topaban con la disciplina y el entusiasmo galés, que aguantó el tipo hasta el intermedio.
El cuadro eslovaco prolongó su mejoría a la vuelta de vestuarios. Robert Mak disparó por encima del arco de Danny Ward y después, Gales respondió con un cabezazo de Gareth Bale que desvió Kozazik sobre la línea de gol.
Las apariciones del atacante del Real Madrid no fueron constantes. Pero lideró las acciones de peligro de Gales, que perdió fuelle con el paso de los minutos. Eslovaquia se hizo con el partido. Y los movimientos del seleccionador centroeuropeo Jan Kozak dieron sus frutos. Resultaron determinantes para el marcador. Primero dio entrada a Adam Nemec, que ocupó el lugar de Michal Duris. A continuación recurrió a Ondrej Duda, que suplió a Patrik Hrosovsky a la hora de partido.
La aparición del centrocampista del Legia Varsovia resultó providencial. Aprovechó una buena incursión en el área galesa de Mak. Ondrej, que había entrado al campo un minuto antes, se hizo un hueco cerca del punto de penalti y su tiro sorprendió a Ward para establecer el empate.
Eslovaquia fue el dueño del partido mientras Gales se sostenía como podía. Coleman, que poco antes recurrió a Joe Ledley, tiró de Hal Robson-Kanu, un habitual en el combinado británico, en busca de soluciones.
El centrocampista del Reading inglés terminó por ser el héroe galés. Marcó el gol de la victoria para culminar una jugada de Ramsey en plena locura final. Hubo tiempo para el empate eslovaco. Un cabezazo de Adam Nemec fue repelido por el poste de la portería de Ward, que evitó que Gales se quedara sin una victoria histórica.