ondacero.es
Madrid | 18.12.2016 14:51
Una permisiva defensa madridista y un Obradoiro descarado en ataque con Rosco Allen como mascarón de proa (13 puntos en el primer cuarto) marcaron los primeros diez minutos de partido.
El Madrid dominó casi con facilidad de salida (7-3, min.2) y se dejó ir ante lo que pareció un cómodo partido. Pero el Obra aprovechó las facilidades que encontró y llegó al final del cuarto con un 20-22. Ni el mexicano Gustavo Ayón, ni Sergio Llull, que reapareció tras sus molestias de rodilla, consiguieron dar la necesaria estabilidad al equipo. Pablo Laso metió tensión en la pista, en el segundo acto, y dio entrada a un Andrés Nocioni especialmente enchufado.
Cuatro triples sin fallo dieron al Madrid la consistencia necesaria para comenzar a dominar en el marcador. La leve mejora defensiva de los locales y las rotaciones en los gallegos hicieron el resto. Al descanso, 48-40. Y es que cuando Allen pasó al banquillo el Obradoiro no encontró ningún relevo en la anotación, aunque Nacho Llovet y Santiago Yusta, con 7 puntos cada uno, mantuvieron a su equipo con opciones.
El Madrid no quiso más suspense y con un parcial de 12-2 en los primeros tres minutos y medio, 60-42, prácticamente sentenció el choque y, por si había alguna duda, cerró definitivamente la puerta al equipo gallego al completar otro parcial de 16-2 en los siguiente cinco minutos. El tercer cuarto finalizó con un ya inapelable 81-48, tras un 33-8 en esos diez minutos, que sentenció la victoria.
Laso siguió repartiendo minutos entre sus jugadores y la tensión del partido decayó, como no podía ser de otra forma ante ventajas superiores a los treinta puntos. Los triples de Jaycee Carroll, que volvió a reencontrarse consigo mismo tras algunos partidos pegado con la anotación, y alguna que otra acción aislada amenizaron el partido hasta que llegó el final, 106-59. Cuarenta y siete puntos de ventaja.