La figura de Enriqueta Martí [1868-1913] continúa siendo muy controvertida. Esta curandera barcelonesa fue acusada durante su vida, y la acusación pervivió durante décadas, de asesinar niños y elaborar ungüentos con partes de su cuerpo. Otras tesis se apuntan a la teoría de que, a pesar de la vida turbia que llevó, en contacto con las élites de la ciudad que flirteaban con menores extraviados, solo se le puede atribuir el secuestro de la pequeña Teresita Guitart, y que se aprovechó la marginalidad de Martí para cargarle con muchos otros crímenes. En este segundo bando podemos encontrar la lectura de su vida que hace 'La vampira de Barcelona', la película de Lluís Danés que llega hoy a los cines.
"La vampira, no: Enriqueta Martí. Ojalá cambiaran el parecer... aunque fuera de dos personas después de ver la película", nos decía en el Festival de Sitges Nora Navas, la protagonista de la cinta. "¡El parecer sobre una mujer que no fue ni juzgada! Ser mujer, pobre, prostituta, tener un herbolario. ¡Tenía las peores cartas que podía jugar! Tuvo la mala suerte de coger a una niña de clase bien de Barcelona, se movilizó muchísimo el tema policial. Cuando un periodista vio que había detrás una trama de corrupción... lo desviaron con Enriqueta. Tenía mucha dignidad, una presencia muy potente y también un punto de locura", explicaba. "No importaba que una mujer se desangrara en la cárcel si era puta, pobre y medio bruja".