La falta de acuerdo evitó que por primera vez en muchísimos años un partido oficial de España pudiera verse en directo. Que no cunda el pánico. La actuación de los de Vicente del Bosque en Minsk la hemos visto cientos de veces en los últimos años. Dominio, posesión, verticalidad, presión y definición arriba. La campeona de Europa no dio opción a una floja bielorrusia en Minsk.
Sólo había transcurrido un minuto y Cesc, de nuevo la apuesta de Vicente del Bosque por el falso nueve, ya había mandado el balón al poste. La defensa del equipo bielorruso fue un coladero, pura mantequilla para el filo de España.
Silva tuvo el primer gol a reglón seguido, pero el canario falló sólo ante Veremko. Fue un espejismo porque el partido del jugador del City fue una verdadera joya.
A los diez minutos España cantó el primero. Una gran pared entre Xavi y Pedro acabó en los pies de Alba, en fuera de juego. El linier no vio la posición ilegal y el lateral se lo agradeció con un fino recorte ante el portero y una definición a placer con la derecha. Coser y cantar.
Si malas eran las noticias para Bielorrusia aún iban a empeorar. Pedro aprovechó un magistral pase de Silva para picar con clase el balón y firmar el segundo. El aluvión de fútbol de España era de los que hacen época. El estadio de Minsk asistió a otra cátedra del mejor equipo del mundo.
España aún perdonó un par de ocasiones claras antes de que el colegiado indicara el camino a vestuarios.
La segunda parte sobró. España se dedicó a tocar y tocar, dejando pasar los minutos y buscando el gol ante la floja defensa bielorrusa. Vicente del Bosque decidió dar descanso a Silva y minutos a Iniesta. El cambio fue un buen ejemplo de la enorme calidad que atesora una selección de leyenda.
El tercer gol se hizo esperar, pero mereció la pena. Xavi puso a funcionar la escuadra y el cartabón para filtrar un pase magistral en profundidad. A la carrera apareció Pedro para picar de nuevo magistral ante Veremko. A eas alturas Bielorrusia era un juguete en manos de la campeona de Europa. Acto seguido al tercero, Pedro recogió un pase de Cesc y tras dejar tirado por el suelo al meta bielorruso completó su 'hat-trick'.
Del Bosque decidió dosificar a Xavi, la brújula de este equipazo y meter a Villa. El asturiano lleva el gol en la sangre y en el escaso cuarto de hora sobre el césped a punto estuvo de hacer el quinto. Sólo el larguero evitó que su disparo acabara en el fondo de las mallas. La selección acabó tocando y firmando un partido que dará la vuelta al mundo por mucho que no pudiera verse en España. El martes espera la Francia de Benzema. Ese sí que será un partido de verdad, pero visto lo visto nadie duda de España.