PUNTA NORTE

Las mujeres de un imperio legendario

Genghis Khan conquistó el mundo a caballo. Desde el Pacífico hasta el Caspio, todo aquel territorio inmenso fueron sus dominios. Dentro de un lustro se cumplirán 800 años de su fallecimiento y a día de hoy la ubicación de su tumba sigue siendo un misterio.

ondacero.es

Madrid | 26.06.2022 11:57

El enclave exacto donde Genghis Khan fue enterrado ha sido olvidado. Después de que él ordenase no revelar el sitio de su descanso. Se silenció el lugar de su sepulcro y durante siglos se ignoró la influencia decisiva que tuvieron las mujeres en el vasto imperio mongol.

Año 1178. Una mujer mongola de 17 años se casa con un hombre al que apenas conocía.Mientras su esposo viaja, lucha y conquista, ella gobierna a los que viven en Mongolia. Lo hace manejando todos los aspectos de la vida diaria en un enorme campamento nómada. Comandantes y pastores por igual le van contando el transcurso de los días, las dificultades y las expectativas. Y ella toma decisiones, coordinando las complejas migraciones estacionales de miles de personas y su ganado. A los 28 años, le convierte en la Gran Emperatriz del Imperio Mongol; su nombre era Börte.

Genghis Khan recibió toda la gloria por fundar el imperio terrestre más grande que la historia del mundo haya conocido. De Börte, no se acuerda casi nadie. El relato de los hechos desde la percepción masculina obvió la importancia que tuvo para un imperio como aquel que la base sostuviera el equilibrio. Mientras sus maridos luchaban en campañas militares lejanas que duraban años, mientras todo eso sucedía Börte y otras mujeres mongolas mantuvieron el imperio en marcha. Fueron ellas quienes le dieron consistencia y estabilidad. Sin olvidar que otras muchas mujeres también cabalgaron hacia la guerra. Se cuenta que Khutulun, la tataranieta de Genghis Khan, se abalanzaba sobre el enemigo tan hábilmente como un halcón. Así lo dejó escrito el mismísimo Marco Polo.

Khutulun, la tataranieta de Gengis Khan y feroz guerrera, inspiró la ópera Turandot, compuesta en el siglo XX bajo el influjo de una figura femenina del siglo XIII. Y no no sólo Khutulun. Es el imperio mongol donde aparece quien probablemente fue la mujer más poderosa de todo el mundo medieval.

Su nombre fue Töregene. Después de la muerte de Gengis Khan en 1227, muchas mujeres llegaron al poder. Fue una sucesión muy complicada. Se estableció que las mujeres pudieran tomar el relevo, en teoría, era una relevo temporal, en nombre de algún hombre, generalmente el propio hijo. En el caso de Jaime.- Töregene, ella se convirtió en regente de todo el ImperioMongol después de la muerte del hijo de Gengis Khan. Ese tipo de regencia era frecuente en aquella sociedad nómada que gobernaba una parte sustancial del mundo del medievo. La historia de Töregene es muy especial porque fue vivió peripecias que pueden recordarnos a alguno de los personajes de Juego de Tronos. CONTROL.- PUNTA NORTE (6) House Stark Theme 5 ancho.- Töregene entra en la familia que gobernaba el imperio mongol de una forma casi precaria. El ejército había matado a su marido perteneciente a otra tribu , a otro pueblo, y ella se convierte en la esposa trofeo del tercer hijo de Gengis Khan y Börte. El nombre del hijo es Ögedei. Y, por una suerte de circunstancias, es Ögedei, el tercer hijo, quien termina sucediendo a su padre como Gran Khan. En aquel momento Töregene ni siquiera es la esposa preferente; pero, ella da a luz a cinco hijos vivos. La esposa preferente a ninguno. Cuando Ögedei muere, ella se encuentra en el momento oportuno y en el lugar adecuado. De ese modo asume la función de regente hasta que se resuelva la gran cuestión: quién sería el siguiente gobernante. Desde el principio, se percata de los funcionamientos del trono, de las influencias, de las injerencias, de las amenazas. Y en todas aquellas encrucijadas, Törgene se maneja con audacia y una fina habilidad. Hay un pulso soterrado sobre quién debía ser el nuevo Gran Khan. Pero antes de que las fuerzas, los puños midieran resistencia y empuje, Törgene ya había posicionado el lugar del duelo político para que la designación fuera la de su hijo, a pesar de que esa elección estuviera en contra de la voluntad expresa de su difunto esposo.

En aquella sociedad, las mujeres tenían autoridad. Se las pedía consejo, se las escuchaba, se valoraba su criterio. Ellas importaban. Tenían una relevancia real, decisiva. Ella son, al menos, la mitad de una historia que es legendaria. Dejando algo claro, que es indiscutible: sin las mujeres mongolas no habría habido expansión y conquista, sin ellas no había sido posible el imperio mongol. No habría habido nada. Tengamos en cuanto un facto clave en la sociedad mongola. En aquellos tiempos del siglo XIII, en Mongolia, nueve de cada diez hombres eran movilizados para la guerra. Y esto es llamativo: ninguna otra sociedad contemporánea a la mongola, ni en China, ni en Persia, ni en Europa, en ningún sitio podían movilizar tanto guerrero. Porque muchos hombres se quedaban en otras ocupaciones: sacerdotes, agricultores, administradores. En la sociedad mongola, las mujeres hacen todo eso. Mientras los hombres batallan. Por tanto, sin ellas los hombres no habrían ido a ninguna parte.

En ninguna parte está la tumba de Genghis Khan. En ninguna parte conocida. Su paradero sigue siendo uno de los enigmas más suculentos de la Historia. El enclave ha sido objeto de mucha discusión, investigación y también especulación. Genghis Khan pidió ser enterrado sin marcas, sin signos que revelasen su presencia difunta. Y Mongolia es un país enorme. Es un país que tiene como cinco veces el tamaño de España. Es una inmensa tierra propicia para leyendas formidables. Casi no hay carreteras, ni edificios permanentes. Hay cielos abiertos, hierba seca y mucho viento. A su muerte, Genghis pidió que se le enterrara en secreto. Y un ejército desconsolado transportó el cadáver, matando a cualquiera que apareciera en el camino para -de ese modo- evitar cualquier referencia a la ruta. También así, los soldados reforzaron su promesa de silencio. Cuando el emperador finalmente fue enterrado, 1.000 caballos pisotearon su tumba para destruir cualquier rastro. Han pasado 800 años desde entonces y nadie la ha podido encontrar. Si usted se atreve asumir el reto, primero tendrá que hacer el viaje al que ya se enfrentara Marco Polo, hace ocho centurias. Antes de que vaya, debe saber que los mongoles no quieren que la tumba sea hallada. Para que no vayan a ciegas del todo, sí podemos contarles algo sobre algunas de las leyendas que fueron escritas. Una plantea la posibilidad de que Genghis Kan fuera enterrado en las montañas Khentilllamado Burkhan. Un lugar que está a unos 160 kilómetros al noreste de Ulán Bator. Se señala ese lugar como hipótesis porque siendo joven, Genghis se escondió allí de sus enemigos y allí, se dice, prometió regresar a su muerte. Para los historiadores del imperio mongol, esa es una posibilidad verosímil, añadiéndose -a continuaciónque hay otras muchas opciones. Otros muchos parajes donde Genghis podría haber sido enterrado.