El otoscopio tiene forma de pato, loro, tiene pico y picotea hasta el tímpano para decir si ‘sí’ o si ‘no’. Otitis si cuerpo extraño no.
Y su historia es tan curiosa que después se puede exportar a la de otros objetos que se dedican a descubrirnos por dentro. El comienzo de la historia del otoscopio se remonta a Francia en 1363. En ese momento, el médico y cirujano francés Guy de Chauliac imaginó una herramienta que pudiera ayudar a diagnosticar a los pacientes que se quejaban de dolor de oído o de nariz.
A mediados del siglo XIX, en Alemania, el otoscopio moderno realmente comenzó a tomar forma. Wilhelm Kramer, un otólogo alemán, desarrolló un espéculo de oreja de acero con un embudo en el extremo. El espéculo de Kramer, como se le conoció, fue el dispositivo principal utilizado por los médicos hasta 1881, cuando A. Hartmann creó un diseño que se asemeja principalmente al aspecto actual.
También en Por fin no es lunes
ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNESUn estudio asegura que la mitad de los españoles prefiere gastar antes que ahorrar para dejar herencia a sus hijos
ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNESFernando Méndez-Leite: "Concha Velasco se comía la película nada más salir"
BUENOS DÍAS, LLEGAMOS TARDEJaime Cantizano: "Hoy hacemos un 'Por fin no es lunes' con mucho 'swing'"
ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNESVíctor Manuel: "Hay canciones que perduran en el tiempo porque son atemporales"
ENTREVISTAEl mayor templo dedicado a U2 está en Teruel
Si bien la mayoría de los dispositivos médicos han evolucionado durante los últimos 100 años, el otoscopio se ha mantenido prácticamente igual durante ese mismo período. Aunque ahora es un poco más elegante y liviano, el diseño, así como la tecnología, no han cambiado de manera apreciable, mientras que la necesidad de diagnosticar la otitis media aguda (OMA) con mayor precisión ha aumentado dramáticamente en la era de la resistencia microbiana.