OBJETOLOGÍA

La mirilla, el ojo mágico

En Por fin no es lunes Isabel Lobo nos acerca en su Objetología a la mirilla. El instrumento que se introduce en las puertas de acceso a las viviendas para poder ver a través de ellas.

ondacero.es

Madrid | 05.03.2022 12:14

Una semana más Isabel Lobo nos descubre en Por fin no es lunes un objeto curioso. Hoy nos habla de la mirilla, o lo que es lo mismo el ojo mágico, los mirones de puerta. La mirilla es un instrumento que se introduce en las puertas de acceso a las viviendas para poder ver a través de ellas. ¿Saber que había al otro lado sin ser descubierto?. Para eso servían las mirillas. Incluso para hacerse el “no estoy en casa”, si se asomaba uno con sigilo.

El prototipo de la mirilla de la puerta moderna durante varios siglos seguidos fue una abertura rectangular en la puerta, ubicada al nivel del ojo humano y cubierta desde el interior de la habitación por un panel deslizante o cubierta con bisagras. Una mirilla con tapa deslizante sigue siendo popular hasta el día de hoy en las instituciones penales.

A principios del siglo XX, inventores de todo el planeta trabajaron en la invención de una mirilla de puerta eficaz: ¡qué diseños no crearon! Había opciones para mirillas de puerta con una lupa hueca llena de agua, con una superficie de espejo de un solo lado (externo), bajo observación con dos ojos a la vez, etc. Pero todos los ojos inventados tenían un inconveniente común: el pequeño ángulo de visión no nos permitía ver claramente al visitante, incluso si estaba a pocos pasos de la hoja de la puerta.

La moderna mirilla de la puerta con una lente especial que permite ver al visitante detrás de la puerta en pleno crecimiento, apareció gracias al científico, inventor y escritor estadounidense Robert William Wood. Fue él quien en 1906 creó la lente ojo de pez, el elemento básico de todas las lentes gran angular de nuestro tiempo. Sin embargo, durante 44 años a partir de la fecha de invención, la lente gran angular creada por Wood no gozó de mucha popularidad, y solo desde principios de los años 60 del siglo pasado, los fabricantes de lentes para cámaras le prestaron atención, seguidos por las empresas que producen accesorios para puertas. Por lo tanto, hace unos 70 años se creó una mirilla tal y como la conocemos.

Las mirillas más antiguas están en España

En España se conservan las mirillas más antiguas en el soportal más largo de toda Europa. Están en Alcalá de Henares y son un recuerdo del pasado medieval. Se trata de siete mirillas y son orificios en la construcción que comunicaban desde el suelo de la primera planta al portal de abajo para saber quién llamaba y asegurarse de primera vista que era esa persona.

En la calle Mayor y en las calles que confluían en la principal vía de la entonces villa se asentaron, arropados por los soportales, los comerciantes, artesanos y trabajadores de los diferentes oficios que sustentaban gran parte de la riqueza económica. Abajo los comercios arriba las viviendas. Aquella época sobrevive en parte en el urbanismo histórico de Alcalá y ahí es donde las encontramos.

Todavía hoy se conservan mirillas en los techos de los soportales de la calle Mayor y de la plaza de Cervantes. Tan útiles llegaron a ser que su uso sobrevivió hasta principios del siglo XIX. Cuando llamaban a la puerta, el dueño de la vivienda no bajaba a la tienda para ver quien estaba en el umbral de su casa sino que abría la trampilla. Si era alguien conocido, le arrojaba las llaves a través del agujero para que entrara en la casa. Si era una visita no deseada, bastaba con cerrar la trampilla. Como veis, todo un portero automático medieval. Hoy se conservan como curiosas reliquias del pasado gremial, artesanal y comercial de Alcalá de Henares.