ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

Zuhaitz Gurrutxaga: "Acabé queriendo no jugar, era más feliz en el banquillo"

A los 19 años, Zuhaitz Gurrutxaga, cumplió el sueño de todo niño guipuzcoano de la época, debutar en 1ª división con la Real Sociedad. Este hecho no fue como imaginaba, ya que le provocó ansiedad, depresión y trastornos obsesivos compulsivos (TOC). Hoy en día, utiliza el humor porque "es la manera más realista de ver el mundo".

ondacero.es

Madrid | 12.11.2022 12:27

"En el terreno de juego salía a no perder y en el escenario salgo a ganar", así titula su situación Zuhaitz Gurrutxaga, un ex-futbolista que no soportó la presión de jugar en 1ª división española por miedo a hacerlo mal. Una presión que se agravó a la hora de su debut, contra el Atlético de Madrid.

Por aquél entonces, el entrenador de la Real Sociedad, Javier Clemente, le encargó la tarea de defender al delantero Jimmy Floyd Hasselbaink. Un primer partido que se truncó en el minuto 72, cuando es expulsado del terreno de juego. Esto, según cuenta, se vio como un acto carismático que le convirtieron en una "esperanza de futuro". Esto, sumado a los 30000 espectadores en cada partido y los diarios comentando cada semana, debilitaron la salud mental de Zuhaitz creándole una ansiedad que pasó a ser depresión con todos los síntomas posibles, aunque no estaba diagnosticada porque no acudió al psicólogo.

Fue entonces cuando, tiempo después, se fue al Rayo Vallecano en 2ª división B y se rodeó de gente que le ayudaron y le introdujeron en el mundo de las artes escénicas, teatro y música. Llegó a sacar un disco aunque dejaría la música ya que se dio cuenta que, al explicar las canciones, la gente se interesaba más, por lo que empezó a "cantar menos y a hablar más" creando su show "Futbolistoc". Aún así, recalca que estos problemas nunca se van del todo y que aunque tiene todas las herramientas para reírse, no siempre lo hace.

Finaliza la entrevista contando el recuerdo más bonito que tuvo en sus años como profesional, ganar al Real Madrid en Bernabéu por un gol en el último minuto en Copa del Rey, un ápice de luz en la oscuridad del que no se quería separar.