La pandemia nos ha privado de muchas cosas, y entre ellas, de los conciertos. Esos lugares donde solíamos gritar haciendo los coros de nuestros artistas favoritos. Con la relajación de medidas, poco a poco, estos eventos han ido volviendo, pero los conciertos masivos, esos que reúnen a miles de amantes de la música, todavía se resisten.
El pasado 27 de marzo, el grupo Love of Lesbian realizó un concierto piloto masivo en el Palau Sant Jordi de Barcelona, sin distancia de seguridad, aunque con mascarillas. Acudieron cerca de 5.000 asistentes. Una iniciativa pionera en Europa para la que se realizaron test de antígenos previos para los asistentes, a los que se les hizo seguimiento durante los 14 días posteriores al evento.
Un seguimiento que acaba de arrojar un fantástico titular. "No fue un evento de súper transmisión", han dicho los investigadores del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, encargados del tutelaje sanitario de esta prueba piloto. Solo se han detectado 6 casos positivos, 4 de los cuales no se contagiaron en el evento.
Un éxito de este concierto piloto de Love of Lesbian que da esperanza a la música en directo de cara a este verano y que sirvió para volver a escuchar a la banda barcelonesa sobre el escenario, donde tocaron sus temas más conocidos antes de presentar su nuevo disco: 'Viaje épico hacia la nada'.
Hoy tenemos en 'Por fin no es lunes' a Santi Balmes, cantante de Love of Lesbian. Nos cuenta cómo fue el concierto: "La primera semana fue la más tensa por si hubiese habido algún tipo de brote. Esa semana, por suerte, pasó sin pena ni gloria y a partir de ahí empezamos a tranquilizarnos y para que hubiese un problema se tendría que haber hecho algo mal, pero no fue el caso".
"Nos lo pensamos muchísimo. Nuestro disco salía en 15 días y podríamos haber preparado otras cosas. De repente nos encontramos en ese fregado que podía jugar con nuestro prestigio. Estuvimos dudosos hasta que nos dieron la seguridad absoluta y nombres de las personas que estaban detrás del proyecto", afirma el cantante.
Balmes dice que el concierto fue "algo que trascendía de lo normal" y que "pasará a la historia". Esto puede que haya servido para que la industria y las autoridades miren los conciertos con otros ojos. "Los test que se emplearon fueron los de mayor seguridad y fue así, hubo muy pocos positivos", explica.