Nuria Espert es, sin duda, una de las grandes damas del teatro de nuestro país. Hoy, en el día de su cumpleaños, hemos conversado con ella sobre su trayectoria profesional y otros temas.
Nuestra invitada nació y creció en el barrio obrero de Santa Eulalia en Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Sus padres hacían teatro de aficionados y fue gracias a su madre, Bienvenida, quien la inició en la interpretación, el baile y el solfeo. De niña, destacó gracias a una memoria portentosa en la declamación de poesía en centros culturales o bares llamados "nidos de arte". Nos ha contado que los nervios eran ya una constante en aquel momento. De hecho, aún hoy, "sigue sintiendo nervios hasta que el personaje aparece en el escenario y deja de ser ella".
Su primer contrato fue con 14 años en el Teatre Romea de Barcelona y allí conoció a su gran amiga Julieta Serrano. La gran oportunidad apareció en su camino en 1954 cuando, con motivo de la enfermedad de la actriz Elvira Noriega, fue seleccionada para el papel protagonista de tres obras de teatro y tuvo que aprenderse los diversos textos en apenas dos semanas.
Yerma, Electra, Rey Lear, Lucrecia son algunos de los personajes femeninos que ha interpretado pero el de Medea es, sin duda, el que más veces ha encarnado. "Un texto magnífico que aporta nuevos matices cada vez que lo hago" nos ha contado la actriz. La dirección de espectáculos de ópera ha sido también parte importante de la trayectoria profesional.
Nuria he tenido unas palabras finales para su autor favorito: Federico García Lorca. Comenta que es el autor con el que más conecta y su inmensidad creativa no tiene límites.