Frenazo en seco de la economía española. En el primer trimestre del año ha crecido sólo tres décimas porque los españoles han empezado a contenerse a la hora de consumir. Bien porque no llegan, bien porque prefieren guardar por lo que pueda pasar.
El Gobierno no ha tenido más remedio por urgencia temporal y por la evidencia palmaria, que recortar la previsión de crecimiento que va a enviar a Bruselas y que hasta hoy mismo mantenía en el 7%.
Pues 2'7 puntos de rebaja en la previsión. Pero todo el mundo tranquilo. Porque donde los demás vemos apuros económicos, la vicepresidenta Calviño ve una oportunidad. Dice que vamos a ahorrar tanto que cuando empecemos a gastar, aquí se van a atar los perros con longanizas. O con butifarras y chistorras.