Ángel comenta que es muy difícil saber quién es el acosador, pocas veces se averigua, pero si se puede saber con facilidad quién lo sufre. Nieves dice que los principales síntomas en los niños son irritabilidad, dejadez, tristeza, nerviosismo, pesadillas y disminución de las ganas de relacionarse con los demás niños y de ir a la escuela, entre otras cosas.
Además, Ángel cuenta que cualquier trauma infantil puede dejar secuelas graves en la edad adulta y que, muchas veces, los niños que son acosadores en su edad infantil se convierten en acosadores adultos, dando lugar a violencia de género, entre otras cosas.
Ambos coinciden en que un punto esencial es la importancia que el colegio dé al problema. Según Nieves, muchos de ellos se despreocupan porque "tener entre sus alumnos a un acosador es un punto en contra de su imagen".