En el programa de hoy, Edu Galán nos habla de la búsqueda de los orígenes familiares y de los antepasados. La voluntad de conocer la historia de nuestros ancestros es algo innato al ser humano. De hecho, hay algunas empresas que a través de una prueba de ADN, pueden ofrecernos información sobre quiénes son nuestros antepasados y el origen de éstos.
Eduardo Anglada: "La genealogía se averigua contrastándola documentalmente"
En la Biblioteca Nacional hay un Departamento de Genealogía y Heráldica que se encarga de facilitar el acceso a documentos y recursos bibliográficos por parte de los consultantes, donde "no te hacen el árbol genealógico, pero si tú quieres construir el tuyo o saber algo más de un apellido en concreto, te dicen por dónde empezar a buscar", explica Edu Galán. Eduardo Anglada Montón es bibliotecario del Servicio de Información Bibliográfica de la Biblioteca Nacional y considera que ése es un buen lugar donde comenzar a investigar sobre los apellidos o historia
A la hora de descubrir la historia de nuestra familia se mezclan tres disciplinas: la genealogía (el origen de las familias y los ascendientes), la heráldica y la nobiliaria. La más interesante para todo el mundo, cuenta Eduardo, "es la genealogía, poder saber quiénes son nuestros antepasados".
Al contrario de lo que generalmente se cree, la genealogía no se averigua mediante el apellido, puesto que, aunque hay apellidos regionales, que son más abundantes en una zona que en otra, los movimientos migratorios de población han cambiado estas certezas. Eduardo sostiene que la forma correcta de conocer nuestra genealogía es "averiguando en los archivos quiénes eran nuestros antepasados y contrastándolo documentalmente".
Eduardo explica que "el apellido es algo moderno que se pierde o se oculta fácilmente". Antes de 1870, cuando se creó la Ley de Registro Civil, no había una regularización de los apellidos en España. De hecho, "las hermanas de Quevedo tenían apellidos distintos a él porque podían modificarse los apellidos", cuenta Eduardo.
Marisol Vílchez, "la de los Carralcázar"
Marisol Vílchez Carralcázar busca a las 150 personas en España que se apellidan Carralcázar, un apellido de Montefrío, un pueblo granadino. Marisol tiene una página web que se llama 'Patrimonio de Montefrío' donde inició la campaña para localizar a las personas con las que comparte apellido. "Siempre he tenido la curiosidad de conocer los orígenes de este apellido que es muy extraño", dice Marisol y añade que, por el momento, muchas personas que se apellidan Carralcázar han contactado con ella.
En Montefrío, su pueblo, Marisol cuenta que hay 5 grupos familiares con ese apellido, quienes no están emparentados directamente. Sin embargo, Marisol, con su campaña, quería conocer hasta dónde llegaba su tronco común.
Eduardo ha realizado una breve investigación sobre el apellido Carralcázar, del que ha encontrado en el archivo de la Biblioteca Nacional a un autor llamado Edmundo Carralcázar que perteneció a la Inquisición y escribió varios libros de tipo jurídico a comienzos del siglo XVIII. Además, aparece una María Carralcázar, de condición hidalga, nacida en 1696 en un pueblo de Cuenca.
Por último Eduardo ofrece una hipótesis: "Parece que el apellido Carralcázar son dos palabras unidas: 'carral' y 'alcázar'. La primera palabra, 'carral', viene de carro y significa tonel o bidón. Por su parte, 'alcázar' es un topónimo muy habitual. Así, "Carralcázar podría ser la gente que se apellidaba 'Carral' de 'Alcázar', una localidad de Granada", explica Eduardo.
