OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El pleno que planteó Sánchez como un escaparate perfecto, se va a convertir en lo más parecido a una moción de Censura"

Lo de Estrasburgo. Que sigue abierto.

Han pasado ya 12 horas, 12, del ataque ayer en el centro de esta ciudad francesa. Y el asesino sigue fugado. Todavía no ha podido ser capturado el autor de los disparos indiscriminados, en las cercanías del mercadillo navideño, que le han costado la vida a al menos tres personas. Hay además 11 personas heridas, de las cuales cinco presentan heridas muy graves

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 12.12.2018 07:57

De momento, no hay confirmación oficial de que estemos ante un nuevo atentado terrorista, pero es más que presumible que sea así. De hecho, el ataque está siendo investigado por la Fiscalía Antiterrorista francesa y el gobierno de Macron ha elevado ya incluso la alerta antiterrorista en todo el país. El asesino estaba fichado, por delitos comunes en Francia y también en Alemania, y todavía no ha podido ser arrestado pese a que trabajan en su búsqueda 350 gendarmes.

Quedan además dos incógnitas por resolver: si actuó solo (algunos medios franceses dicen ya que tuvo algún cómplice) y si actuó a iniciativa propia o siguiendo los postulados de algún grupo terrorista. Amanece sobrecogida Estrasburgo, con el miedo entre sus ciudadanos, y el Parlamento Europeo cerrado a "cal y canto". De allí habían salido, cuando tuvo lugar el ataque, cuatro eurodiputados españoles que le contaron anoche a Juan Ramón Lucas, en La Brújula, las horas de tensión y nervios que estaban pasando…

Dos diputados europeos del PSOE, y otros dos del PP, relatando la noche que pánico y nervios que tuvieron ayer. En la ciudad van a abrir hoy los colegios, pero se han suspendido todos los espectáculos culturales al aire libre y se ha suspendido también el mercadillo navideño donde comenzó el ataque. Que es además el más antiguo de Francia. Y que fue, hace 20 años, objetivo de Al Qaeda. Por aquel entonces, la Policía francesa logró desbaratar el intento de atentado. Pero ayer, pasó lo que pasó.

En una hora empezaremos a saber hasta dónde alcanza el cambio de guión del presidente Sánchez respecto de la cuestión catalana. Pleno en el Congreso —el primero— después del leñazo electoral del PSOE en Andalucía, del naufragio de la operación Presupuestos, del desmoronamiento de la operación desinflamación, con los líderes del PP, Ciudadanos y Podemos queriendo aprovechar el bajón del presidente para meterle presión y que convoque elecciones generales.

Este pleno de hoy, que Sánchez planteó hace un mes como el escaparate perfecto para su oferta de nuevo estatuto para Cataluña —un referéndum de autogobierno, como lo bautizó la Moncloa en aquel intento un poco pueril de que sonara parecido al referéndum de autodeterminación que le exigen el PDeCUP y la Esquerra Rufiánica— se convierte, unas pocas semanas después y unos cuantos acontecimientos después, en lo más parecido a una moción de censura que se va a encontrar Pedro Sánchez en esa cámara. Casado y Rivera le van a sacudir (verbalmente) por no haber parado a tiempo las arremetidas independentistas; Tardá y los Puidgdemones le lanzarán a la cara los reclusos independentistas (como si los hubiera encarcelado él, y como si no hubieran dado motivos los recluidos para ser procesados por delitos muy graves); y Pablo Iglesias, único socio parlamentario que llegó a tener el PSOE en esta etapa de gobierno, seguirá rompiendo amarras y le reprochará que no se anime a negociar los Presupuestos con Torra, con Junqueras y con el mismísimo Puigdemont aceptando la autodeterminación (inconstitucional) de Cataluña si hace falta —qué fue, por cierto, de aquel viaje a Waterloo que estaba dispuesto a hacer Iglesias para bailarle el agua al jefe del comando de agitación y propaganda)—. De tal manera que en socorro del soldado Sánchez sólo acudirá el del tractor, Aitor Esteban, que igual que auxilió en su día a Rajoy le echará ahora un capote a Pedro. (No olvide Sánchez cómo acabó Rajoy por agarrarse con insólita convicción al salvavidas que le lanzó el PNV. Acabó ahogando sus penas en un reservado madrileño mientras su carrera política se extinguía).

El único respaldo sólido que mantiene el presidente es el grupo socialista, la jerarquía de mando se impone. Pero incluso ahí marejada. Un hombre de Susana Díaz, Pradas, una mujer de Rubalcaba, Soraya Rodríguez, y un pedrista autocrítico, Odón Elorza, lideraron ayer el conato de sublevación contra la jefa del grupo parlamentario, Adriana Lastra. Mal asunto es que reúnas a todos tus diputados diez días después de haber perdido el poder en Andalucía y pretendas que de las elecciones andaluzas no se diga nada. Mal debate pretendes que tenga tu grupo si esquivas que cada cual tome partido sobre el elefante que sobrevuela todas las conversaciones entre dirigentes de este partido, a saber, el coste que en el resto de España está teniendo el coqueteo con el independentismo, la fábrica de votantes de Vox que son Torra, Junqueras, Rufián y el resto de interlocutores habituales del gobierno, y la posibilidad, muy cierta, de perder el poder allí donde el PSOE hoy lo está ejerciendo. Definitivamente los barones del PSOE no se creen una palabra de los barómetros electorales de Tezanos.

Sánchez tiene hoy sesión doble. Primero, el Parlamento. Después, una cumbre que ha improvisado con los líderes de su partido en algunas regiones. A lo mejor hasta les pregunta cuándo opinan ellos que deberían ser las elecciones generales.

La portavoz del señor Torra ya ha dado respuesta al requerimiento del gobierno Sánchez sobre los desórdenes públicos en las autopistas catalanas. Ella lo ha hecho de viva voz, el consejero de Interior lo ha hecho por escrito. No ha lugar, dicen, al aviso del gobierno central porque dejar que la autopista esté cortada quince horas o que los CDR saboteen los peajes es actuar con proporcionalidad ante el derecho de la gente a protestar cuanto quiera. Con dos narices le dice el gobierno catalán a la Moncloa que dejar hacer a los CDR es lo más conveniente y que no se meta.

Ya tiene el Ejecutivo la respuesta que demandaba a sus cartas. Ayer le preguntamos aquí al ministro Marlaska qué viene ahora. Cuál es el siguiente paso.

O sea, que no sabemos cuál es el siguiente paso. O en qué se traduce esto de Ábalos ayer: que no se va a tolerar que se incumplan las obligaciones.

Tiene una oportunidad estupenda el presidente Sánchez esta mañana para explicar qué le parece la respuesta del gobierno catalán y qué va a hacer para que no le sigan toreando.