Que es black Friday, algo habrá escuchado usted. Que es el primer viernes con luces navideñas en casi todo el país. Pero que, sobre todo, es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Que cada año sirve para reafirmar voluntades, y compromisos, de redoblar el trabajo para conseguir eliminarla. Aunque, a la vez, nos sirva cada año para constatar lo lejos que aún estamos.
Ha hecho público este dato el Hospital Clinic de Barcelona: entre el primero de enero y el 31 de octubre, ha atendido a quinientas dos mujeres y cincuenta y cuatro hombres víctimas de una agresión sexual. Dos casos cada día sólo en este hospital y sólo en la ciudad de Barcelona. Casi siempre, en el domicilio de la víctima. Y en todos los casos, los autores eran hombres. En la comparación con el año anterior ---que es lo que más ha preocupado a los médicos--- resulta que se han multiplicado por dos las agresiones.
Es un hospital de una gran ciudad española. Aquí va otro dato, éste de la memoria de la Fiscalía General del Estado: de cada 10 agresiones sexuales que se producen en España, ocho no suceden en capitales de provincia. La abrumadora mayoría de las violaciones ocurren en municipios que, al no ser grandes ciudades, disponen de muchos menos recursos para atender a las mujeres agredidas. El año pasado los juzgados de nuestro país emitieron treinta mil medidas de protección: órdenes de alejamiento, prohibición de comunicación con la víctima y, en menor medida, prisión preventiva para el denunciado. Treinta mil medidas al año son ochenta al día. Como señala el fiscal general en su memoria, las medidas cautelares son instrumento fundamental para la erradicación de la violencia porque otorgan a la mujer, y a sus hijos, la seguridad que le permite comenzar una vida independiente al margen de su maltratador.
La Fiscalía General del Estado difunde hoy este vídeo en el que fiscales, hombres, que ocupan puestos relevantes en la jerarquía del ministerio fiscal se dirigen a aquellos hombres que aún le encuentran justificación a sus propias actitudes violentas.
Era voluntad de la mayoría gubernamental que se amontonaran todas las votaciones ayer
Llegamos al viernes siguiente al día en el que los diputados conciliaron poco y prolongaron hasta más allá de la medianoche su jornada laboral. Porque era voluntad de la mayoría gubernamental que se amontonaran todas las votaciones ayer, es decir, que la aprobación de los Presupuestos coincidiera con el principio del fin del delito de sedición. Agradezcámosle al gobierno que en esto, al menos, no haya disimulado.
El lunes les conté a esta hora que el Gobierno, y su presidente, iniciaba la semana renqueante por la tormenta del sólo sí pero confiaba en ir remontando y terminar la semana en alto. Y así ha sido. Aprobados los Presupuestos Generales del Estado por amplia mayoría, afianzada la plataforma política que integran el PSOE, Podemos, Esquerra, Bildu y el PNV (que ése es, en realidad, el gobierno de coalición en sentido amplio), y cumplido el compromiso de entregar a Otegi nuevas bazas con las que reivindicarse y a Junqueras la incineración del delito de sedición, el presidente culminará su semana de éxito proclamándose nuevo presidente de la Internacional Socialista. Quién da más.
La sedición está anticuada porque Sánchez ha dicho que lo está
La incineración del Código Penal en lo que se refiere al delito de sedición va para adelante con el voto, por supuesto unánime, del grupo socialista. Que igual que defendía que la sentencia del Supremo debía cumplirse íntegramente cuando Sánchez dijo que así debía ser, defiende ahora que la sedición está anticuada porque Sánchez ha dicho que lo está. Esta forma de funcionar de nuestros diputados y senadores les quita mucho trabajo, esa es la verdad. Tener criterio propio sobre las cosas es una de las labores más trabajosas que se conoce.
Decimonónico como sinónimo de anacrónico, un antigualla. A ver, Gabriel, decimonónico es el PSOE. Y la República Española. Y Francesc Maciá. Y la Generalitat, según vosotros, es del siglo XIV. En fin.
Junqueras tiene su desmontaje del Código Penal. Otegi tiene su transferencia del tráfico a la policía foral. El gobierno, que invoca la Constitución para explicar que se limita a desarrollar el estatuto de autonomía navarro no ha explicado todavía por qué no pactó esta transferencia con el gobierno foral, la señora Chivite, en lugar de pactarla con la señora de Bildu en el Congreso. Es decir, desde cuándo el traspaso de una competencia se firma no con el gobierno autonómico de turno sino con el Otegi de turno para que pueda colgarse una medalla. Y él, claro, se la cuelga.
Finísimo analista el tal Otegi. La descripción es correcta: sin la abstención de Bildu y de Esquerra no habría habido investidura de Sánchez. Pero no hay tal paradoja. Esto es un camino de ida y vuelta. Sin el independentismo no hay gobierno de izquierda porque el independentismo lo último que quiere es que vuelva a haber un gobierno de derecha. Los que quieren irse de España, como no pueden irse, prefieren un presidente que les atienda y les dé oxígeno. ¿Dónde está la paradoja?
El presidente inició la semana renqueante por la tormenta del sólo sí y la acaba con su triple parlamentario de ayer. Ah, y lo de hoy. La Internacional Socialista que no le ha interesado a nadie en España durante años pero que ahora se convertirá, por obra y gracia del autobombo, en una institución crucial para el orden mundial.
El nuevo líder de la Internacional Socialista, único aspirante que deseaba serlo ---ésta sí es una victoria arrolladora--- se define a sí mismo, atención historiadores, en estos términos.
Nada ha cambiado más en España en estos cuatro años de gobierno de Sánchez que el propio Sánchez
Por los cambios de criterio, sobre todo. Nada ha cambiado más en España en estos cuatro años de gobierno de Sánchez que el propio Sánchez. Un cambio de postura tras otro ---desde el bandazo fundacional, pasar de repudiar a Podemos y a Esquerra para acoger a Podemos en el gobierno y bendecir a Esquerra como socio preferente--- que han terminado por acreditar que lo único que en Sánchez no cambia es su predisposición a cambiar con tal de permanecer. El camaleón abrazado a un junco. Ya puede soplar un vendaval que, cuando escampe, ahí seguirá. Adaptado a las circunstancias.