opinión

Monólogo de Alsina: "Cada uno con su cordoncito sanitario"

Carlos Alsina habla en su monólogo de Más de uno sobre la evolución de la pandemia de coronavirus en España y sobre los posibles pactos tras las elecciones catalanas.

Carlos Alsina

Madrid | 16.02.2021 08:35 (Publicado 16.02.2021 08:21)

El primero de los problemas que sigue teniendo hoy España se llama epidemia de coronavirus. Todos los indicadores confirman que la epidemia afloja y, a la vez, todos confirman que ahí sigue. Con el país en situación de riesgo extremo y pintado de rojo oscuro.

Muy lejos de los cincuenta casos por cien mil de incidencia acumulada. Hoy la media de los últimos catorce días bajará de los cuatrocientos, por primera vez desde el ocho de enero. Pero es que estamos a dieciséis de febrero. El toque de queda nocturno está en vigor desde el 25 de octubre. Desde primeros de enero rigen restricciones severas en todas las comunidades autónomas. El primero de febrero murieron 460 personas por la covid en España.Hoy la media diaria se encuentra en las trescientas. La curva, al final, siempre se doblega. La cuestión es cuánto se tarda en conseguirlo y a qué precio.

En nuestro país, como sabemos, los debates surgen, crecen y luego, desaparecen. Hubo debate sobre el ritmo y severidad de las medidas en la primera ola, lo hubo en la segunda y lo ha habido en la tercera. Sin que haya desembocado nunca el debate en la respuesta a la pregunta qué más tenemos que hacer para que la incidencia baje a esos cincuenta casos por cien mil que menciona cada tarde Fernando Simón como escenario idóneo. Desde final de agosto, se lo recuerdo, no conseguimos bajar de los doscientos. Nos hemos acostumbrado, o resignado, a que ese sea nuestro suelo epidémico. Y la única herramienta en la que ahora confiamos para cambiar eso son las vacunas. Por eso si el mayor problema sigue siendo la epidemia, la mayor de las tareas que hoy tenemos es la vacunación. Un millón de personas han recibido ya en nuestro país las dos dosis que procuran la inmunización frente al coronavirus.

La epidemia fue el argumento del gobierno independentista de Cataluña para suspender las elecciones autonómicas. Se lo tumbó el Tribunal Superior de Justicia y se indignó el gobierno catalán porque mucha gente se quedaría en su casa y eso mermaba la calidad democrática del proceso –-eso dijo—. Junqueras lo llamó ¡un 155 encubierto! Ahora que ya se han celebrado las elecciones y que Esquerra se proclama a sí misma ganadora desdeñando el papel del PSC no se ha escuchado ni media alusión en las filas independentistas a lo poco que han ido a votar los catalanes. No sólo eso, han jaleado el procentaje de voto que suman entre Esquerra, los puigdemones, la CUP y el PDeCAT para presumir de que la ola independentista no hay PSC que la doblegue.

Todos tienen su cordoncito sanitario que poner a alguien

En el país en que todos los popes políticos predican el diálogo, el entendimiento, la integración de posiciones distintas en un mismo proyecto común resulta que todos tienen su cordoncito sanitario que poner a alguien y su veto que exhibir ante posibles alianzas de gobierno.

El PSC, del candidato Illa que aboga por el reencuentro y el diálogo, pone el veto, y el cordón, al partido de Abascal. Con Vox no es que no pacte, es que ni siquiera se sienta.

El PSC pone el veto a Vox. Con la CUP no hay problema en sentarse

Del diálogo y del reencuentro con todos menos con uno. Con la CUP no hay problema en sentarse, con los partidos que promovieron la sedición hay una mesa constituida desde hace un año pero a estos nuevos del extremo derecho, ni agua.

Los de Podemos a quien vetan es a Puigdemont. Le han dicho a Esquerra que elija entre él y ellos.

Los de Puigdemont a quien vetan es a todos los que no sean ellos mismos. Esquerra con quien tiene que repartirse el gobierno es con ellos y sólo con ellos.

Y Esquerra, el gallo del corral porque se ve dueño de la ceremonia del cortejo, a quien desprecia es al PSC.

"A Illa lo han ninguneado"

Todo esto, naturalmente, en público. Lo que se estén diciendo en las conversaciones privadas lo saben ellos. La historia enseña que Esquerra se deja querer siempre por los gobiernos centrales (bien lo sabe Soraya) pero acaba haciendo lo que dijo que iba a hacer. Y ha dicho que intentará un gobierno independentista apoyado en la CUP y en Podemos que tenga como programa hacer tragar al gobierno de España con la autodeterminación y la amnistía. A Illa lo han ninguneado.

El PP reúne hoy a su ejecutiva nacional. No ha abierto la boca Casado todavía sobre el desastre de su partido en Cataluña. Ya lo fue en 2017, recién aplicado el 155 por Rajoy, y lo ha vuelto a ser ahora, con Casado rescribiendo la historia para marcar distancias de aquello.

La diputada nacional por Barcelona Cayetana Álvarez de Toledo ha sido entrevistada por Rafa Latorre en el diario El Mundo. No parece que comparta la tesis de la dirección nacional de que el pésimo resultado se debe al caso Bárcenas y a la baja participación.

El liderazgo es de Casado y la responsabilidad es de Casado. A quien considera incapaz de reconstruir el constitucionalismo.

Es probable que Álvarez de Toledo sea la única que se exprese en estos términos tan explícitos. Tan probable como que no sea sólo ella quien entienda que el líder ha de ser cuestionado. Los cierres de filas tras desastres electorales son puramente cosméticos.