OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Purga presidencial"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la remodelación de Pedro Sánchez de su Gobierno que realizará tras los indultos.

Carlos Alsina

Madrid | 04.06.2021 09:03

Aunque el presidente Sánchez vive en el futuro, su cabeza está no en 2050 sino en dentro de dos domingos: el desenlace de los cien años que libra con la reina del PSOE andaluz Susana Díaz, debilitada desde que dejó de reinar en San Telmo.

"Hay ministros que si los quita nadie se va a dar cuenta"

Otra cosa no, pero filtrar lo que hará y dejará de hacer es un deporte que practica con soltura la Moncloa. Anoche se supo que el presidente ha informado a algunos de sus colaboradores de que prepara una remodelación de su gobierno. Va a adelgazar el gabinete, dicen. Que significa que hay ministros (y ministra) a los que tiene sentenciados y que se abre la veda para ir haciendo quinielas. Es un clásico que en estos casos se invoque el deseo de reforzar el peso político del gabinete dando entrada a figuras con poco currículum profesional pero mucho currículum de partido. Es ahora o nunca, Adriana Lastra. Cierto es que hay ministros que si los quita nadie se va a dar cuenta: Pedro Duque, por ejemplo. Alberto Garzón, por ejemplo. Manuel Castells, como ejemplo supremo.

La ruta del Gobierno

Entonces, que hace saber el Gobierno que primero lo de Susana; después, lo de los indultos, con deliberación profundísima del consejo de ministros para acabar haciendo lo que ha dicho Pedro que hay que hacer y no se hable más que bastante está hablando de este asunto la derecha; después de los indultos, la remodelación de Gobierno; más tarde, las vacaciones (para los nuevos ministros, no, que estarán descansados); y luego ya, la inmunidad de grupo, el aspersor de fondos europeos, la recuperación del turismo, la paz en Cataluña y la erradicación del fascismo. Igual para final de año hasta hemos descubierto quien envió las cartas aquéllas con balas que pusieron al gobierno en estado de alerta porque el país se nos iba de las manos.

Y entretanto, en el hoy, sigue habiendo algunos problemas, ¿verdad? El del turismo es el más gordo, por el peso que tiene en la economía patria. Que el Reino Unido nos mantenga en la lista de destinos poco recomendables es una pésima noticia. Salvo para Fernando Simón, que estaba disgustado porque a los turistas era mejor invitarlos en voz baja para que no se enteraran. La esperanza de que Boris Johnson le levantara el castigo por lo menos a Baleares y Canarias, con incidencias ya muy bajas, se ha esfumado. La campaña de verano no termina de arrancar.

"Si hay un gobierno autonómico que se desmarca de lo que dice el ministerio de Sanidad es el del País Vasco"

Tiene el Gobierno un problema con su socio más veterano, el PNV. Fue revelador, es verdad, este momento de la entrevista ayer a la ministra Darias en este programa.

Ay, esa sonrisa que delata. Claro, porque si hay un gobierno autonómico que se desmarca de lo que dice el ministerio de Sanidad es el del País Vasco. Que no es que votara en contra de la nueva hoja de ruta el miércoles, es que ni siquiera quiso participar en el debate. Porque dice Urkullu, líder elevado por el Gobierno a la categoría de encarnación misma de la mesura, la solvencia y el diálogo, que Sánchez ni se molesta ya en intentar el consenso.

Ningún ministro replica a Urkullu ni le acusa de generar discordia porque para eso ya tienen a Ayuso. Reincide el gobierno en hacerle campaña a Ayuso incluso cuando ya no hay campaña

El lehendakari habla como cabeza de un gobierno al que pertenece el Partido Socialista, lo cual hace aún más sangrante que sea él quien peor lleve la forma de funcionar de la Moncloa en la cosa pandémica. Por supuesto, ningún ministro replica a Urkullu ni le acusa de generar discordia porque para eso ya tienen a Isabel Díaz Ayuso. De Urkullu ninguno dice nada, pero de Ayuso hablan todos. Y todas. Reincide el gobierno en poner todo el foco en Madrid y en hacerle la campaña a Ayuso incluso cuando ya no hay campaña.

"Pablo Casado no habla de episodios anteriores a su ascenso al trono del PP"

El señor Casado sabrá lo que hace. Si la única manera que se le ocurre de evitar que el caso Kitchen envenene sus sueños es responder a los periodistas que no les piensa responder, allá él. No parece que exhibir tantísima incomodidad ante las preguntas sea un método eficaz para transmitir seguridad en sí mismo, pero habrá que tomar nota: el señor Casado no habla de episodios anteriores a su ascenso al trono del PP y tampoco de cuestiones que no están entre las preocupaciones actuales de los ciudadanos.

Si algún día el juez García Castellón levanta la imputación a Cospedal o llega a la conclusión de que nadie del PP estuvo pringado en la Kitchen habrá que recordarle a Casado la ley del silencio que él mismo se ha impuesto. ¿O el chitón es sólo cuando las noticias le son adversas?

Si el líder del PP no quiere responder, pues no responde. Pero al menos que lo haga sin clá a su alrededor jaleando su negativa y abroncando a los periodistas que le preguntan. Este formato que inventó Abascal y que Casado parece que hace suyo de la rueda de prensa con fans que aplauden y abuchean es de lo más bochornoso que se ha visto últimamente en España en la relación entre los dirigentes políticos y la prensa.

Este formato que inventó Abascal y que Casado hace suyo de la rueda de prensa con fans que aplauden y abuchean es de lo más bochornoso que se ha visto últimamente en España

Ayer, en Ceuta, el PP convoca a los periodistas en la calle. Se planta allí un grupo de partidarios de Casado. Y sucede esto: Un paisano empieza a decir que el presidente del PP es nuevo, otros reprochan a la periodista que no hable de Ceuta... Casado les deja que sigan, podría haberles disuadido pidiéndoles respeto a quien pregunta... pero lo que hizo fue esto; darles la razón. Luego coloca su no respuesta (no voy a hablar del caso, etcétera) y cuando termina, los fans le aplauden.

"Pablo Casado no es Julio Iglesias, es el aspirante a gobernar España"

Respeta tantísimo que no es capaz de pedir a los protestones que respeten educadamente la rueda de prensa o la abandonen. Igual porque no era una rueda de prensa. Los fans debieron de pensar que habían ido a un concierto, en el que se aplaude al artista, se corean sus estribillos, se encienden los mecheros y para casa. Pero Casado no es Julio Iglesias. Es el aspirante a gobernar España.

Tomamos también nota de esto que dijo ayer la ministra portavoz del Gobierno: "No solamente que no quiera hablar, sino que haya hecho alarde el señor Casado del 'yo del tema de la corrupción no hablo'. Como si los políticos pudiéramos elegir de qué temas que nos gustan más hablamos, y de qué temas que nos gustan menos, no hablamos".

Ahora sólo falta que todos los ministros se apliquen el cuento. Que empiece la ministra Montero por la vicepresidenta Calvo, que le preguntan por la factura de la luz y responde que el temazo es que los hombres planchan poco.